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Durante mucho tiempo Francia ha intentado tomar lo mejor del sistema liberal y del sistema administrativo, financiado y organizado por el Estado. Este colbertismo de alta tecnología ha permitido realizar grandes proyectos en el campo de la aeronáutica, la energía nuclear o las telecomunicaciones. Pero hoy unimos lo peor de los dos mundos en vez de tomar lo mejor: ¡acumulamos el prurito intervencionista con un liberalismo desenfrenado!... Han liberalizado a la inglesa y cartelizado a la alemana... El poder nombra a unos presidentes [de empresas] que tienen como baza principal ser amigos suyos; éstos a continuación eligen a los administradores y a los accionistas: es lo que llamo la pirámide invertida del capitalismo francés". Las palabras de Elie Cohen, padre del concepto de colbertismo industrial, ilustran las dificultades del capitalismo francés.Un año después de las grandes movilizaciones en contra de la reforma de la Seguridad Social, propuesta por el dúo Chirac-Juppé, la situación ha corrido el riesgo de reproducirse -por otros motivos- a través del conflicto de los camioneros. El alivio por el arreglo del asunto no debe distraer la atención de los problemas más pro fundos de Francia; a los desequilibrios coyunturales para entrar en la moneda única se añaden sus dificulta des estructurales. Hay quien habla de una aversión de los grandes inversores contra Francia como empresa. Que la política de Juppé no está consiguiendo reconducir la situación no lo dicen sólo las. encuestas, sino el juicio severo de los analistas sobre las empresas. Según un trabajo publicado hace varias semanas por Le Nouvel Observateur,
Explicación:
bueno no se si eso ayuda pero x si las dudas