Respuestas
1. ¿Qué beneficios aporta?
Una actividad deportiva continuada fomenta un desarrollo equilibrado: una mayor resistencia física, una mejor coordinación y un buen equilibrio.
El deporte fomenta la sociabilidad, mejora la autoestima y estimula el afán de superación. Y se sabe que los niños que hacen deporte disfrutan de un mayor rendimiento intelectual y una mejor capacidad de concentración.
2. ¿Cómo practicarlo?
Ha de plantearse siempre como una actividad lúdica, libre de presiones y competitividad. Para que se aficionen de verdad, han de pasarlo bien. No ha de entrañar peligros ni provocar el agotamiento (el esfuerzo debe ir en relación con las capacidades del niño).
3. ¿Cuál es el adecuado?
Todos los deportes aeróbicos, o sea, aquellos en los que no hay que perder el aliento o contener la respiración, y los que fomentan un desarrollo global, tanto en coordinación y capacidad respiratoria como en equilibrio.
Y mejor si se practican al aire libre. Natación, atletismo, gimnasia, ciclismo y fútbol son ejemplos de deportes óptimos.
4. ¿Hay contraindicaciones?
Solo estarían desaconsejados los deportes peligrosos, como la escalada, y las modalidades que requieran desarrollar una fuerza excesiva (ejercicios con pesas, squash...).
5. ¿Es mejor jugar en equipo?
Sí, porque aprenden a trabajar con otros, crean lazos de compañerismo y comparten éxitos y responsabilidades. Los deportes que se practican en solitario ayudan a desarrollar la tenacidad y el afán de superación, lo cual también es recomendable a estas edades.
6. ¿Debemos permitir los deportes arriesgados?
En la habilidad del niño y su capacidad de ser responsable tenemos la clave de qué actividades puede realizar y cuáles no.
En cualquier caso, los padres han de supervisar las condiciones en las que su hijo practica un deporte. Por ejemplo, aunque el esquí o la hípica pueden entrañar riegos, se consideran seguros si se toman precauciones: monitores expertos, equipo adecuado, instalaciones en buen estado, etc. Si tenemos dudas, quizá podamos convencerles de que esperen hasta que tengan 11 o 12 años.
7. ¿Cuánto tiempo dedicarle?
No es preciso poner límites. El propio organismo regula la cantidad de ejercicio que necesita. Desde un mínimo de tres o cuatro horas semanales (por la tarde o los fines de semana), dejemos que el niño decida cuándo está cansado.
8. ¿Cómo prevenir lesiones?
El calentamiento antes de comenzar a hacer ejercicio prepara al cuerpo, no sólo física sino también mentalmente. Quizás creas que no tienes tiempo para el calentamiento antes de hacer ejercicio, pero el calentamiento tiene varios beneficios, como:
.Mayor flujo de sangre y oxígeno a los músculos
.Mayor flexibilidad (si haces estiramientos)
.Mayor relajación y concentración
Tu calentamiento debe incluir distintos tipos de ejercicio, como trotar, estiramiento suave y un poco de ejercicios de resistencia. Es muy importante estirar los músculos que vas a usar durante el ejercicio.