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Respuesta:
espero te sirva
Explicación:
Importancia ecológica
La plantas nos proporcionan alimentos, medicinas, madera, combustible y fibras. Además, brindan cobijo a multitud de otros seres vivos, producen el oxígeno que respiramos, mantienen el suelo, regulan la humedad y contribuyen a la estabilidad del clima.
Las plantas verdes pueblan toda la Tierra. Son los únicos seres vivos capaces de captar la energía del sol para fabricar materia orgánica y liberar oxígeno. Por esta razón, son indispensables para la vida de otros organismos.
Existe una inmensa variedad de plantas, algunas muy simples, otras muy evolucionadas. Forman parte de todos los ecosistemas y se han adaptado a diversos climas y condiciones del suelo. Algunas pueden vivir en sitios muy secos, otras necesitan agua abundante.
La mitad de los alimentos que consume la humanidad procede de sólo tres especies de plantas: el trigo, el arroz y el maíz.
Más del 40% de las medicinas derivan de las plantas. Algunas se utilizan directamente, como las hierbas tradicionales. Otras se originan en el mundo vegetal, pero sufren complicados procesos de transformación.
Las necesidades de las plantas
Las plantas superiores tienen diferentes tejidos que integran la raíz, el tallo y las hojas.
Otros vegetales más simples están formados por un sólo tejido, como las algas y hongos. En ellos no se distinguen raíz, tallo ni hojas.
La raíz tiene pelos absorbentes que la planta utiliza para tomar agua y sales minerales. Las sales minerales sólo pueden ser utilizadas si están disueltas en agua. Esta solución, muy diluida, se llama savia cruda o bruta. Contiene sólo un gramo de sales minerales cada cuatro o cinco litros de agua. El agua asciende a través de los vasos, repartiéndose por las hojas, flores y frutos.
El exceso de agua que ha servido para transportar las sales es evaporado y expulsado con la transpiración vegetal. La transpiración es la salida de vapor de agua por unos poros llamados estomas, situados en las hojas.
La cantidad de agua que expulsa una planta por transpiración varía mucho de unas a otras. Depende de la especie, tamaño, agua disponible y de las condiciones climáticas. Las plantas de hojas anchas y finas como la lechuga, evaporan mucha más agua que las de hojas estrechas y con una gruesa cutícula (pino, tuna).
Un sauce, álamo o eucalipto de gran tamaño puede transpirar cientos de litros de agua al día, colaborando en secar los suelos húmedos en exceso. El vapor origina un ambiente fresco y húmedo alrededor de las plantas y puede volver a condensarse y caer.
¿Como se alimentan?
Los seres vivos intercambian continuamente materia y energía con el ambiente que los rodea. Este intercambio constituye la nutrición.
En el interior de las células vegetales y animales se desarrollan reacciones químicas que transforman los alimentos. Esta reacciones tiene dos finalidades:
convertir los nutrientes en sustancia orgánica para su crecimiento.
desintegrarlos para liberar la energía que el organismo necesita, eliminando los productos que resultan de esta desintegración.
Son indispensables en el proceso de nutrición: el agua, los alimentos propiamente dichos (orgánicos y sales minerales), el oxígeno (en plantas y animales), el dióxido de carbono (en las plantas con clorofila) y la energía luminosa o química.
Las plantas verdes son los únicos seres vivos capaces de formar materia orgánica a partir de materia mineral. Este proceso, llamado fotosíntesis, las distingue de los animales y de otros vegetales que carecen de clorofila.
La fotosíntesis del carbono se realiza a partir del agua y el dióxido de carbono presente en el aire. Se obtiene almidón, azúcar y otras sustancias orgánicas y se desprende oxígeno.
Interviene la energía que proviene de la luz del sol. Las plantas captan esta energía luminosa con la clorofila, que es la sustancia que da el color verde a las hojas.
Las sustancias orgánicas que se elaboran en el proceso de fotosíntesis están destinada a:
almacenarse en la propia célula clorofílica en forma de almidón.
transportarse para la nutrición y crecimiento de otros tejidos de la planta, como la raíz.
almacenarse en bulbos, tubérculos, rizomas, frutos, semillas. Pueden conservarse en forma de hidratos de carbono: como azúcares (remolacha, caña de azúcar) o almidón (papas, trigo, legumbres). Pero también pueden transformarse en grasas que se almacenan en ciertos frutos y semillas (aceitunas, soja, girasol, maní).
En climas templados o mediterráneos, durante la verano y el otoño las sustancias orgánicas elaboradas descienden hacia los órganos de almacenamiento subterráneo (tubérculos, rizomas, raíces, bulbos). En aquellos climas en los que se alternan épocas de sequía y de lluvias, es al final de este último período cuando se produce el almacenamiento de las reservas.