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Heaven is for real (“El Cielo sí existe”) es una película cristiana basada en un best seller del New York Times. Narra la historia de Colton, un niño de 4 años, quien, debido a una experiencia cercana a la muerte, visita el cielo. Su padre, un pastor cristiano, y su madre, directora del coro de la iglesia, se quedan impactados cuando su hijo les relata su estadía en el cielo, su encuentro con Jesús y con familiares fallecidos. “Mamá no sabía que tenía otra hermana”, Colton le cuenta que conoció en el cielo a su hermana que murió antes de nacer.
En un Hollywood que ha censurado a Dios, llega esta película con un mensaje poderoso: el cielo existe. Pero es Colton, con su ternura e inocencia, quien cautiva a la audiencia haciendo imposible no creerle, incluso cuando sus propios padres dudan de él.
Aplausos para una película que muestra de forma natural y real ciertos temas que hoy son “polémicos” o que son solo para “fanáticos o extremistas”.
La oración. Mientras operan a Colton su madre llama a sus amigos para que recen por su hijo. Todos los amigos preocupados por el niño rezan por él. ¿Nos avergüenza pedir a otros que recen por nuestros seres queridos? ¿Confiamos realmente en el poder de la oración?
Los hijos. La madre de Colton no trabaja para cuidar y educar a sus hijos. ¿Cómo son tratadas hoy las madres que prefieren quedarse en casa en lugar de perseguir una carrera? ¿Qué valor le damos a la maternidad?
El lazo matrimonial. A lo largo de la película la pareja debe atravesar varias dificultades como problemas económicos, enfermedades, entre otras preocupaciones; pero cada problema lo atraviesan juntos como esposos. ¿Qué tan rápido se acaba el amor entre las parejas? ¿Hemos perdido la capacidad de luchar juntos hasta solucionar cada problema?
La vida. En algunas escenas vemos a la madre de Colton llorando por la hija que perdió embarazada, y encuentra consuelo cuando Colton le cuenta que vio a su hermana en el cielo. Esta escena da esperanza a tantas parejas que han perdido bebés, están en el cielo, y nos asegura que los hijos no nacidos son tan hijos como cualquiera de los que si nacieron.}
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