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Más de cien fueron los participantes en la commemoración del cincuenta aniversario del baile de la calabaza, un acontecimiento anual que reunía en los años sesenta a la juventud universitaria o próxima a ella de toda Galicia.
El acto tuvo lugar en el salón del Real Club de Mar de Aguete y los asistentes compartieron, además de una cena magnífica buffet preparada para la ocasión, una noche de alegre nostalgia de aquellos tiempos dorados de la juventud. Sonaron continuamente canciones de la época en especial del Dúo Dinámico, y se bailó y cantó hasta bien entrada la madrugada brindando con las clásicas copas parecidas a las de aquellos tiempos.
Tiempo para el recuerdo
Eduardo Pastor, uno de los fundadores del baile de la calabaza que se celebraba en el emblemático parque de verano de El Vergel, y también el principal promotor de esta efemérides, abrió el acto recordando cómo la idea se inició entre los universtarios marinenses que vivían en Madrid que, dijo, "al no tener medios económicos para residencias o colegios mayores, lo hacíamos en humildes y limpias pensiones", para recordar cómo asistían a bailes que organizaba la universidad en la capital de España con conjuntos tan importantes después como Los Pequeniques, entre otros.
"Y pensamos - añadió - que algo así se podría hacer en nuestro pueblo durante las vacaciones de lo cual surgió al iniciativa que se consolidó en el verano de 1964 con el éxito que todos recordamos". Hizo alusión al primer pregón que escribiera Manolo Blanco leído por Nardo Rosales, y recordó a la primera madrina, Alicia González Costa para terminar deseando a todos los asistentes una buena velada de reencuentro con aquella época con esta "mixta poesía "Nosa Señora do Carme / que nos dé o vento en popa/ que somos os de Marín /levamos a vela rota/ y después de medio siglo/ nos reunimos de nuevo / para cenar y bailar / y tomarnos una copa.
Las palabras de Eduardo Pastor fueron premiadas con un gran aplauso con el que se dio rienda suelta a la fiesta que entre cena, bailes y bromas terminó entrada la madrugada.
Estaba presente en la sala Luis Adolfo Rocafort, autor del primer cartel de la fiesta hace 50 años donde se veía a un esbelto estudiante roquero metido entre música y libros. Rocafort confeccionó otro dibujo correspondiente a cincuenta años después con el mismo estudiante mucho más orondo, con poco pelo, bastón e incluso silla de ruedas al lado, por si acaso, dibujo muy celebrado por los asistentes alguno de los cuales se reconocía con humor en el mismo.
En suma una velada desenfadada y digna de un "medio siglo" después de la gran fiesta universitaria de cada año.
Explicación:
es una tradicion donde se agaran de la sintura y empiezan como a correr (como la bibora de la mar) algunos lo hacen en Los bodas
no se explicar)