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El consumo de agua requerido es de entre seis y ocho vasos, o 2 litros al día. Y es que son muchos los beneficios que nos aporta.
Este líquido vital ayuda a eliminar toxinas y reduce la fatiga corporal. De hecho, beber poca agua hace que el corazón se vea en la necesidad de bombear con más esfuerzo la sangre. Además, la deshidratación es causa de dolores de cabeza, incluidas las migrañas. Por lo tanto, beber suficiente hace que disminuyan las cefaelas.
Por otro lado, el agua aumenta el metabolismo y previene el estreñimiento. Asimismo, mejora la elasticidad y la salud de la piel y, esto, implica un mayor grado de belleza. Otro de sus efectos es que mejora la regulación térmica del cuerpo haciendo que se produzca sudor en entornos de extrema calor o practicando ejercicio.
El agua también reduce el riesgo de padecer algunas enfermedades como el cáncer de vejiga y de colon. A la vez que, ayuda a mejorar la respuesta inmunitaria y fortalece las defensas para prevenir algunas enfermedades infecciosas, como es el caso de la gripe, problemas renales o del aparato digestivo.
Otro de sus beneficios es que cuida de nuestro sistema cardiovascular. Existen varios estudios que lo demuestran: las personas que toman más vasos de agua al día, entre cinco y seis, tienen menos problemas cardiovasculares.
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