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Respuesta:
Es un honor haber sido invitado a disertar desde esta prestigiosa tribuna de la Academia Nacional de
Medicina. Por ello estoy agradecido al señor Académico Dr Fortunato Benaim, que es quien me formuló la
invitación.
El día de hoy cae a horcajadas entre el 20 de junio y el 9 de julio, por lo que considero adecuado el tema que
voy a exponer, ya que tiene como temas centrales al general Manuel Belgrano y a la Patria.
El tema elegido para hoy es “Las últimas palabras que se atribuyen al general Manuel Belgrano”.
Recalco la palabra general. No lo hago por el hecho de ser yo coronel y haber prestado servicios en el
Regimiento de Patricios, del cual Belgrano fue uno de sus primeros jefes.Lo hago porque Belgrano trascendió
desde y por su condición de general.
No podemos dejar de reconocer que hizo muchas otras cosas, pero su trascendencia histórica fue lograda por
su condición de general. Digo esto para enmendar el error histórico que cometieron nuestras autoridades
cuando bautizaron al año pasado como “año del doctor Belgrano”. Belgrano nunca fue doctor.
LAS LARGAS NOCHES DE JUNIO
Era el último día del otoño del año 1820 en Buenos Aires. Al día siguiente se produciría el solsticio de junio.
Me permito recordar que el solsticio de junio es aquel momento del año en que el Sol alcanza su máxima
posición boreal, con respecto al ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit a la hora del Ángelus sobre el
Trópico de Cáncer.
El significado o interpretación de este fenómeno ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la
mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y re-nacimiento. El hecho es visto como la
inversión del retroceso de la presencia solar en el cielo, por lo cual los conceptos de nacimiento o el
renacimiento de los dioses solares han sido comunes y, con ello el uso de calendarios cíclicos por las
distintas culturas basados en el solsticio de invierno, en el Hemisferio Sur, se ha celebrado el renacimiento
del año en lo que se refiere a la vida-muerte-renacimiento de las deidades o nuevos comienzos.
En sudámerica, los pueblos originarios festejan el comienzo de su nuevo año, por ejemplo los pueblos
andinos celebran el Inti Raymi (que en quechua significa “Fiesta del sol”). Esas noches eran las más largas
del año 20.
La noche por supuesto que había sido larga, pero también difícil en la casa de la calle Regidor Antonio Pirán
en su cruce con Avenida del Rey, cercana al río y a pocos metros del Convento de Santo Domingo. El
Convento, muy frecuentado por la familia que vivía en esa casa, se llama así en honor a Santo Domingo de
Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores, que se conocen también como Dominicos. Uno de sus
discípulos en la orden fue la mente más brillante que haya tenido la iglesia: Santo Tomás de Aquino. También
pertenecieron a la orden Santa Catalina de Siena, Fra. Angélico, Bartolomé de las Casas, San Martín de
Porres, y Santa Rosa de Lima.
En la casa a que nos hemos referido, Belgrano había dormitado muy mal, tan mal, o peor que en las últimas
noches. Su ventrículo izquierdo insuficiente para bombear la sangre que provenía de la circulación menor lo
obligaba a dormir sentado, por la disnea, y su ventrículo derecho, también insuficiente, era el responsable del
derrame pleural, la hepatomegalia congestiva, la ascitis y del edema que tenía en sus miembros inferiores
(anasarca).
BELGRANO ESTABA MUY ENFERMO
Belgrano hacía tiempo que estaba enfermo, la enfermedad lo tuvo a maltraer, y finalmente lo venció. Sus
males se agravaron y el 11 de septiembre del año 19 debió entregar el mando al general Francisco Fernández
de la Cruz y partir hacia Tucumán, con la esperanza de mejorar su salud. Cuando inició el regreso desde esa
Respuesta:
gracias por todo general buen trabajo general