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Respuesta:
Generoso con sus amigos y con escritores jóvenes, Ribeyro nunca tuvo enemigos y fue siempre muy valorado por sus contemporáneos.
En diciembre de 1985 se anunció su nombramiento como Embajador - Delegado Permanente del Perú ante la UNESCO, designado por el presidente Alan García y ratificado por el Senado de la República. Asumió el cargo en 1986 y se mantuvo hasta 1990.
Tuvo un intercambio verbal muy áspero con su compatriota y amigo Mario Vargas Llosa, a raíz de la discusión desatada en el Perú en torno a la proyectada estatización de la banca del primer gobierno de Alan García, que dividió a la opinión pública del país. Ribeyro criticó a Mario que apoyara a los sectores conservadores de su país, oponiéndose así, según él, a la irrupción de las clases populares. Vargas Llosa no dejó pasar la oportunidad de responderle en sus memorias El pez en el agua (1993), señalándole su falta de coherencia, que lo llevaba a mostrarse servil con cada gobierno de turno solo con el fin de mantener su cargo diplomático en la Unesco.3 Sin embargo, al margen de este episodio, Vargas Llosa ha alabado incesantemente la obra literaria de Ribeyro, a quien considera como uno de los grandes narradores de habla hispana. La relación entre ambos autores, que compartieron piso en París, fue por lo demás compleja y llena de misterios.4
Sus últimos años los pasó viajando entre Europa y el Perú. En el último año de su vida había decidido radicar definitivamente en su patria. Ribeyro falleció el 4 de diciembre de 1994, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (Surquillo) días después de obtener el Premio de Literatura Juan Rulfo. Fue enterrado en el Cementerio Jardines de la Paz (La Molina) y en su epitafio se puede leer: «La única manera de continuar en vida es manteniendo templada la cuerda de nuestro espíritu, tenso el arco, apuntando hacia el futuro».
Explicación:
lo critica por supesimo gobierno