• Asignatura: Filosofía
  • Autor: bryanstickl
  • hace 7 años

Conoce que científicos y filosos griegos dieron y cuales fueron sus aportes sobre temas de epidemias en la antigüedad

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Respuesta dada por: rosariobasilio169
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Respuesta:Muchos griegos basaban las prácticas de curación en las prácticas mágicas o religiosas. De manera general, los cultos curativos, por sus características, estaban situados en las afueras de las ciudades y se desarrollaron tardíamente.9​ Asclepio era en un principio venerado en Trikka, en Tesalia, después en pleno campo en Epidauro. En Corinto como en Atenas, Delos o Cos, el dios se instaló a distancia de las aglomeraciones. Era necesaria una excursión para visitar el santuario. Otra característica de los santuarios era que a menudo estaban junto a una fuente o un río, cuyas aguas poseían virtudes medicinales.

La mayor parte del tiempo, el dios sanador actuaba mediante «incubación»: era el caso de Asclepio en Epiaduro, o en Atenas, o de Anfiarao en Oropo y en Tebas. El ritual comenzaba para el enfermo con un baño de purificación, seguido de un sacrificio relativamente modesto y accesible a todos. En Epidauro, el paciente debía entonar un peán en honor de Apolo y de Asclepio. A continuación, el peregrino se dormía bajo el pórtico sagrado (ἄϐατον/ábaton); al menos en Oropo, Pérgamo y Epidauro, cada sexo poseía su propio pórtico.10​ Los más afortunados se beneficiaban durante el sueño de la aparición del dios: les curaba tocando la parte enferma del cuerpo. El dios podía también contentarse con dictar al paciente una lista de medicamentos que se apresurará a conseguir una vez despertado.

Las estelas descubiertas en Epidauro, especie de exvotos, muestran que Asclepio curaba todo tipo de enfermedades: trataba las úlceras y sanaba la enfermedad de la piedra, incluso devolvía la vista a los ciegos. Habría sido mucho más», comenta Diógenes Laercio al hilo de otra divinidad sanadora, «si ellas hubieran sido ofrecidas por aquellos que no habían salido ilesos».11​ Indudablemente, los pacientes no curados atribuían el fracaso al carácter insondable de la voluntad del dios.

Relieve votivo dedicado a Asclepio e Higía en agradecimiento por la curación de una pierna, h. 100-200, Museo Británico.

El tratamiento no era gratuito: en Oropo, el santuario exigía una ἐπαρχή/eparkhế o contribución por la consulta a todos los visitantes que deseaban ser curados. Una vez pagada –una dracma beocia a principios del siglo IV a. C., recibía una lámina de plomo con la inscripción: «santuario de Anfiarao – salud»,12​ que le servía de ticket de entrada. Un neócoro (sacristán) vigilaba a los pacientes para que no se colaran.13​

Algunas «ordenanzas» dictadas por el dios se han conservado y permiten comprender mejor las curaciones atestiguadas en los exvotos. En primer lugar, hay que destacar que en el ritual se mezclaba hábilmente la sugestión y la puesta en escena. Después, el dios ordenaba remedios simples (cataplasmas, tisanas) y prodigaba consejos de higiene: necesidad de hacer ejercicio físico (deporte y paseos), regulación del régimen alimenticio. Por último, el aspecto religioso en sí está generalmente acompañado de una verdadera cura termal, comprendiendo baños y fricciones.14​ En Oropo, de la que no nos ha llegado ningún testimonio de curación, los instrumentales médicos descubiertos testimonian la práctica de la cirugía.15​

Las enfermedades mentales eran también curadas mediante prácticas catárticas. Así, el coro del Hipólito de Eurípides,16​ distingue tres tipos de «extravíos». Uno era del tipo «pánico» (asociado a Pan), otro de tipo «lunático» (asociado a Hécate, diosa lunar), y el último estaba asociado a Cibeles y a los Coribantes. Hipócrates retomó este tipo de consideraciones, con un esfuerzo suplementario de tipología, en Sobre la enfermedad sagrada.17​ La cura consistía generalmente en una danza ritual al son de la música frigia.

No era el ritual el que se adaptaba a la patología, sino a la inversa: si el enfermo reaccionaba a los rituales de un dios, era porque su mal había sido enviado por tal dios. En ausencia de reacción, se pasaba al siguiente dios. Aristófanes, en Las avispas, ilustra la indiferencia de los griegos a la naturaleza del tratamiento:18​ lo importante era que fuese eficaz. El joven Bdelicleón intenta tratar sucesivamente a su padre con una cura hipocrática (baños y purga), tratamiento mediante hipnosis por los Coribantes, y por último una noche en el Asclepeion de Epidauro. Según Isidoro de Sevilla, después de que Asclepio murió fulminado por un rayo, la medicina estuvo prohibida hasta que la retomó Hipócrates.19​

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