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Respuesta:
Hijo de una familia de origen hidalgo y bien situada económicamente, con casa en Santander y finca solariega en la cercana localidad de Puente San Miguel, realizó los estudios de bachiller en Filosofía y Letras entre 1845 y 1848, en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Santander, seguidos de los de Derecho en la Universidad de Valladolid. No teniendo necesidad de ejercer la profesión, se dedicó, encuadrado dentro de la rica burguesía comercial santanderina, a la administración del patrimonio familiar y a los estudios de ciencias naturales, botánica y geología, a los que era aficionado desde muy joven y a los que sumaría algo más tarde los de prehistoria.
En 1859 recibió como expositor un premio en la "Exposición de Agricultura, Ganadería, Industria y Bellas Artes de las provincias de Castilla la Vieja", que tuvo lugar en Valladolid, y en 1863 plantó en su finca el primer ejemplar de eucalipto, publicando en 1866, en el marco de la Exposición Provincial de Santander, un informe sobre la aclimatación de este árbol en Cantabria: Apuntes sobre la aclimatación del Eucaliptus globulus en la provincia de Santander.
Explicación:
José Mariano Rotea (1732 en Ciudad de México , México - 1799 en Bolonia , Italia ) fue un misionero jesuita en la península de Baja California que desempeñó un papel clave en el redescubrimiento del arte rupestre prehistórico de los Grandes Murales de la península .
Rotea nació en la Ciudad de México y sirvió como misionero en San Ignacio en lo que ahora es el estado de Baja California Sur , México, desde 1759 hasta que los jesuitas fueron expulsados de Nueva España en 1768. Vivió en el exilio en Bolonia , Italia. [1] [2]
Rotea escribió un relato de sus observaciones y especulaciones sobre los restos de los habitantes prehistóricos de la península. Esto fue incluido en un manuscrito de su compañero misionero Miguel del Barco [3] y publicado por el historiador jesuita Francisco Javier Clavijero . [4]Un tema del relato de Rotea fue una raza hipotética de gigantes prehistóricos, supuestamente atestiguada por tradiciones orales, áreas de vida descomunales y pinturas colocadas en lo alto de las paredes o techos de refugios de rocas. En sus investigaciones sobre este asunto, Rotea llevó a cabo lo que probablemente fueron las primeras excavaciones arqueológicas en la península, para recuperar huesos de un supuesto gigante.