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Respuesta:La verdadera escritura de palabras empezó en el año 3200 antes de Cristo en Mesopotamia, y fue la famosa escritura cuneiforme, cuyos rasgos parecían pequeñas cuñas. Mira. Esta es la cara de una vaca o buey, tal como la dibujaban los antiguos egipcios.
Explicación:
pone la coronita porfa
Respuesta:
La verdadera escritura de palabras empezó en el año 3200 antes de Cristo en Mesopotamia, y fue la famosa escritura cuneiforme, cuyos rasgos parecían pequeñas cuñas.
¿Quién inventó las palabras?
Julieta le decía a Romeo: “¿Qué importa un nombre? Eso a lo que le llamamos Rosa olería igual de dulce aunque tuviera cualquier otro nombre.” Cada idioma tiene una palabra distinta para cada cosa. Parece que la palabra no tiene nada que ver con el objeto, o sea que el signo es arbitrario, como decía Saussure (SOSIUR). Si las palabras no dependen de las cosas, entonces ¿Quién inventó las palabras?La respuesta sencilla es… nadie lo sabe.Curiosamente.
Ejem.. pero nosotros no nos conformamos con respuestas como esa ¿verdad?. Igual que con el origen del hombre, la mitología también ofrece algunas respuestas.
Según las historias bíblicas, Dios le pidió a Adán que nombrara a todas las criaturas del mundo. Todos en el mundo estaban tan contentos hablando el mismo idioma que se propusieron hacer un proyecto en común: una torresota en Babel. A Dios no le gustó la idea y confundió todas las lenguas.
Según la mitología nórdica los tres hijos del dios Borr hicieron a las primeras personas con la madera de dos árboles que se encontraron. El primer dios les dio espíritu, el segundo sentimientos, y el tercero, el habla.
Para los Bantúes, en África, todos los idiomas surgieron una vez que la gente pasó por una hambruna tan terrible que empezaron a hablar puras borucas y a dispersarse. Y de esas borucas surgieron las lenguas.
Por cierto ¿es lo mismo lenguaje y lengua? No: El lenguaje es cualquier sistema de comunicación, no necesariamente hablado. Puede ser químico, como en muchos insectos, o de otros tipos. La lengua es una forma de lenguaje humano, con reglas y un vocabulario específicos. Cada lengua tiene su habla y, muchas veces, su escritura.
De la escritura es un poco más sencillo encontrar el origen, porque sí queda un registro físico. Lo primero que escribieron los seres humanos no fueron sonidos, sino números. La verdadera escritura de palabras empezó en el año 3200 antes de Cristo en Mesopotamia, y fue la famosa escritura cuneiforme, cuyos rasgos parecían pequeñas cuñas.
Mira. Esta es la cara de una vaca o buey, tal como la dibujaban los antiguos egipcios. Después, así escribían el mismo animal los fenicios, al que llamaban “Alf” y los hebreos “Aleph”. Al parecer era más fácil dibujarlo de lado. Luego los griegos tomaron esa misma imagen, la rotaron un poco más, y la llamaron “Alfa”. ¿Ya la reconociste? Además, ya no significaba “buey”, sino el sonido “A”. Cuando los romanos invadieron Grecia, tomaron el ALFA-beto de ellos, y en latín la letra Alfa se convirtió simplemente en “A”. Y del latín pasó al español que hablamos nosotros. La escritura de todas las letras del abecedario tiene una historia interesante que se puede rastrear miles de años atrás. Pero ¿y el habla? ¿Cuándo empezó? Seguramente mucho tiempo antes y ¿cómo?
Como no hay evidencia física, los lingüistas no se ponen de acuerdo y existen dos ideas principales. Unos dicen que, como en la historia de Babel, originalmente había una sola lengua madre (el Idioma protosapiens), y conforme los pueblos se fueron dispersando, las lenguas se fueron diversificando. La otra idea propone que una vez que nos expandimos más allá de África, surgieron las primeras lenguas en África, Medio Oriente, Europa y Asia.
¡Pero CÓMO surgió o surgieron esas lenguas madre! Ejem… pues aquí exponemos tres de las teorías que nos parecen más interesantes:
La GESTUAL. Dice que la lengua surgió a partir de las señas y ademanes que hacían nuestros ancestros, parecidas a las que hacen los otros primates para comunicarse. Tanto los simios como nosotros movemos la boca y emitimos sonidos al mover las manos. Esta idea se refuerza por el hecho de que las “neuronas espejo” de nuestro cerebro, relacionadas con la imitación y el aprendizaje se encuentran también en el área de Broca, una de las áreas más importantes para poder hablar.
La teoría de DEJAR AL BEBÉ dice que a diferencia de las peludas mamás chimpancés a las que sus bebés pueden colgarse todo el día, las mamás prehistóricas a veces tenían que dejar al bebé, entonces tenían que hacerles cariños y arrumacos para hacerles saber que no los estaban abandonando. Como el lenguaje siempre se desarrolla desde temprana edad, es probable que esta teoría tenga algo de cierto.
Las teorías EVOLUTIVAS y del SIMIO AUTO-DOMESTICADO sugieren que que, al proveerse de entornos más seguros, nuestros ancestros pudieron “relajar” zonas del cerebro que servían para comunicación más estereotipada, como la de otros animales, y permitir que los sonidos y el orden en el que se emitían fueran más creativos. Además, las necesidades sociales se fueron haciendo más importantes que la mera supervivencia.