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Origen del hombre
La cuestión sobre el origen del hombre entraña una notable dificultad, porque requiere aclarar (1) qué entendemos por hombre y (2) a qué nos referimos con origen. En primer lugar, (1) el hombre tiene una auto-comprensión de sí mismo que se refleja en las palabras que usa y en cómo las usa. La etimología de las palabras “ánthropos” en griego, “homo” en latín y “Mann-Mensch” en alemán, dan cuenta de la doble dimensión material y espiritual del hombre, sin implicar un dualismo (García Cuadrado 2010). El ser humano posee unidad, a la vez que apertura o transcendencia, material y espiritual, que le permite salir de sí mismo, relacionarse con el exterior y reflexionar en su interior, hacer ciencia y preguntarse por su origen. Por otro lado, (2) el término “origen” tiene múltiples acepciones. Indica el comienzo o nacimiento de algo, pero también la causa, motivo o principio de algo; se refiere al lugar espaciotemporal en el que uno ha nacido, pero también a los ascendientes o familia. Así ante la pregunta ¿de dónde vengo? o ¿cuál es mi origen? se puede responder de muchas maneras. Afirmaciones como: “el hombre viene de Dios”; “soy fruto del amor de mis padres”; “el ser humano proviene de la unión de dos gametos humanos, uno femenino y otro masculino”; “al principio somos una célula con un código genético humano que se va desarrollando”; “el hombre proviene de un antecesor común con los simios”; o bien “vengo de tal ciudad o país”, pueden ser todas verdaderas, cada una en su contexto adecuado.
Respuesta: El problema del origen del hombre ha sido hasta fines del siglo xix un problema casi exclusivamente teológico. Pero sorprendentemente, este problema ha entrado en una nueva fase, en la fase de la ciencia positiva. La paleontología humana y la prehistoria han descubierto una serie de hechos impresionantes cuyo volumen y calidad han (le considerarse como transcendentales. Porque estos hechos científicos conducen a la idea de que el origen (leí hombre es evolutivo: el phylum humano arranca evolutivamente de otros phyla animales, y dentro del phylum humano, la humanidad ha ido adoptando formas genética y evolutivamente distintas, hasta llegar al hombre actual, único del que hasta ahora se ocuparon la filosofía y la teología. Ciertamente, la evolución humana es un tema que pertenece a la ciencia positiva. Pero planteado por los hechos, no puede menos de afectar a la filosofía y a la teología mismas. Dejando de lado, por el momento, el aspecto teológico de la cuestión, la idea del origen evolutivo de nuestra humanidad, a pesar de ser una idea científica, es. una idea que como otras muchas, se halla en la frontera de la ciencia y de la filosofía; constituyen problemas fronterizos, bifaces. Y en cuanto {147} tales necesitan ser tratados también filosóficamente. ¿Qué significa, qué es, filosóficamente, el origen evolutivo de nuestra humanidad?
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