Respuestas
Respuesta:
– Buen observador.- Fijarse en lo que nadie se fija suele ser clave a veces para la resolución de muchos casos. La respuesta o la pista fundamental suele estar más a la vista de lo que se cree y de tan básica o simple que parece, a menudo es descartada como una obviedad.
– Trabajador meticuloso.- Resolver una investigación privada suele ser como solucionar un puzle, más o menos compleja en función de la cantidad de piezas, formas y colores que intervengan en él. Un detective privado que trabaje con unas pautas ordenadas y sea detallista suele obtener resultados más rápidos que el personaje de ficción caótico y desordenado que tan habitualmente se muestra en las películas.
– Formación y ética.- Contra lo que muchos creen, un detective privado debe tener una formación específica, reglada y trabajar con ética, conocer hasta dónde se puede llegar por un cliente y dónde se sobrepasa el límite de lo exigible. Ser firme en estas cuestiones es un valor nada despreciable y, por desgracia, poco corriente.
– Discreto.- Suele ser la cualidad más valorada por los clientes ya que en la mayor parte de los casos en los que se recurre a un detective privado la persona que lo contrata suele querer resolver un problema complicado para el cual no le sirven de ayuda los cauces habituales como la Policía o la Guardia Civil. Suelen ser asuntos personales o relacionados con conflictos económicos, en general, temas delicados que un buen detective privado debe saber comprender y tratar.
– Paciente.- Puede pasar pero, como norma, un caso no se resuelve en un día. Como detective en Mallorca me he pasado semanas enteras durmiendo en el coche llevando a cabo vigilancias intensas que, finalmente, en el momento menos pensado dan sus frutos. Tener temple y saber esperar es clave para afrontar una investigación.