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Repuesta:
LEYENDA DEL “CACHIPOZO” – SAN PEDRO DE CAJAS
Existía en Palcamayo, en tiempos remotos, en el lugar conocido como Yaumanpata, una laguna, y muy cerca de ella se levantaba una humilde choza donde vivía una joven pastora. Un día la muchacha fue abordada por un joven que se enamoró de ella al instante, siendo para su felicidad, correspondido, por lo que, luego de un tiempo, decidió pedirla en matrimonio, encontrando para su mala suerte, la negativa de los padres de la muchacha.
Ante ello, los enamorados escaparon, dirigiéndose a la laguna de Yaumanpata, donde la muchacha lloró desconsoladamente y ambos prometieron no separarse nunca y amarse por toda la eternidad; acto seguido, cogidos de la mano, ingresaron a sus aguas.
Una anciana que había estado observando la escena, se acercó presurosa a la laguna, encontrando solo la ropa de los amantes; de pronto, las aguas comenzaron a moverse y de su interior, salieron dos palomas blancas que, alzando vuelo, se dirigieron hacia las faldas del cerro Patamarca en San Pedro de Cajas. La llegada de estas palomas blancas fue observada por los moradores del pueblo, quienes al llegar al punto donde las vieron posarse, no las encontraron; en su lugar, hallaron dos piedras blancas que al intentar removerlas, se hundieron, dando lugar a dos pozas profundas de agua salada; la más grande, identificando a la paloma macho (de mayor concentración salina) y la más pequeña, identificando a la paloma hembra; por lo que, agradecidos, festejaron y celebraron la llegada de las avecillas, nombrando al lugar, como “Cachipozo”.
Acorde a esta leyenda, a estas pozas llegan las parejas para sellar su unión y jurarse amor eterno, igual como ocurría en tiempos ancestrales, donde, al ser considerado este lugar, un templo ceremonial, casaban a las Acllas con varones de las culturas Yaros, Taruma y Pumpush, tras lo cual, el varón bebía de la poza hembra, y la mujer, de la poza masculina.
Así mismo, actualmente, un porcentaje de la población de San Pedro de Cajas, que se dedica a la ganadería, utiliza estas aguas para la elaboración del “charqui” y para el teñido de lana.
El 4 de julio de todos los años, al finalizar la fiesta patronal, se realiza en el lugar, el pago a los Apus y a la Pachamama, además de la limpieza de las dos pozas cristalinas de agua salada.
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