• Asignatura: Castellano
  • Autor: claumanya
  • hace 7 años

Nececito realizar un cuento basada en en el poema meciendo me pueden dar alguna idea


nicolssss: de gabriela mistral verdad?

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Respuesta dada por: nicolssss
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Respuesta:

Cuento “Meciendo”

Esa noche el mar constaba de millones de olas, todas de diferentes tamaños, de diferentes lugares, todas chocando entre sí y transformándose en una sola masa de agua, la cual a su parecer mecía a un niño.

-Todo se ve divino- Dijo, mientras miraba las olas desde su ventana, le encantaba verlas a todas horas incluidas, por supuesto, las noches.

En la oscuridad que era parte del pueblo ya que dormía se podía oír retumbar los mares, y los amantes de este esperaban a la mañana para zambullirse en sus aguas. Mientras ella mecía a su niño a la luz de la luna.

El viento no se quedaba atrás pues mientras mecía a su niño, un ventarrón mecía los trigales plantados por su pueblo, como por ella.

Podía oír también también los vientos, de los cuales ella era amante pues mientras arrullaba a su “huahua” los ventarrones la arrullaban a ella con su canto a través de sus oídos, los podía escuchar retumbar en todas las habitaciones de material noble. La única casa del pueblo que constaba de un buen piso a la cual no entraba frió.  

Le pareció raro entonces por qué entraba aquel ventarrón desde su ventana, pues está ya estaba cerrada, a causa de que la luz de la luna no dejaba dormir al niño.

Sin saber cuando ni porque se durmió al costado de su pequeño arrullada por el cántico sereno que causaban las olas al chocar entre si y del viento contra los espígales que el pueblo planto la noche anterior.

Entonces una presencia hizo aparición en la casa, era Dios padre, santo patrón del pueblo que acostaba a las personas para que mañana pudiesen seguir trabajando, viviendo y amando.

Noto el entonces como el niño por la luz emitida despertó, y comenzó a llorar, como implorando el porque su madre, la cual dormía a raíz del suelo, ya no lo acunaba. Pasaba frió y hambre a estas horas del crepúsculo, añoraba nuevamente la calidez de su madre.

Dios, nuestro señor, extendió su mano a través de la noche, entre las sombras para iluminar el cuarto, el infante abrió los ojos como dos soles, el mirar el cuarto en resplandor no le causaba tanto pesar; pero siguió llorando.

Ahora en la cuna sintió como era mecido nuevamente, tal vez su madre al escucharlo llorar compadeció ante el y ahora lo acunaba, pues esto no era cierto, Dios se podría decir que lo estaba acunando a la luz de la luna. El acunado ya no tenía hambre, ni frió.

El infante tal como la madre pudieron dormir felices.

Explicación:

(dato: "huahua" en quechua /hablado en su mayoría por los peruanos/ significa niño pequeño)

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