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Sociedad burguesa: «La Princesa Casamassima»
A lo largo del siglo XVIII se fue configurando el marco ideológico y mental de la modernidad. La revolución industrial y las llamadas revoluciones burguesas, liquidan el antiguo régimen, y abren una nueva cultura formada sobre la idea de emancipación individual, sobre la centralidad del trabajo y del esfuerzo, sobre la lenta pero continuada liberalización de las costumbres y sobre una nueva estructura social que cada vez girará más en torno a la división capital/trabajo.
Es un mundo nuevo, que llevará cambios sin precedentes, con un nivel de crecimiento económico desconocido en la historia y con un impacto en la esperanza de vida de las personas que en Europa y Estados Unidos la doblará en un siglo. Y con una renovada hegemonía occidental.
La literatura del siglo XIX y del siglo XX evoluciona junto con estas transformaciones y es un testimonio permanente del impacto en las personas, en las relaciones humanas, en la sentimentalidad y en la evolución de las creencias, los sentimientos y de las ideas recibidas, de las mutaciones de un mundo, que tuvo sus peores momentos cuando creyó que podía olvidar el sentido trágico de la vida. Este ciclo, sí se puede decir así, es una historia subjetiva de los dos últimos siglos. Es el relato que han hecho algunas de las conciencias creativas más potentes de la literatura. Tejiendo así una historia de la sensibilidad y de las contradicciones morales contemporáneas de la que probablemente reconoceremos muchos elementos en nuestras experiencias autobiográficas.
Josep Ramoneda
A lo largo del siglo XVIII se fue configurando el marco ideológico y mental de la modernidad. La revolución industrial y las llamadas revoluciones burguesas, liquidan el antiguo régimen, y abren una nueva cultura formada sobre la idea de emancipación individual, sobre la centralidad del trabajo y del esfuerzo, sobre la lenta pero continuada liberalización de las costumbres y sobre una nueva estructura social que cada vez girará más en torno a la división capital/trabajo.
Es un mundo nuevo, que llevará cambios sin precedentes, con un nivel de crecimiento económico desconocido en la historia y con un impacto en la esperanza de vida de las personas que en Europa y Estados Unidos la doblará en un siglo. Y con una renovada hegemonía occidental.
La literatura del siglo XIX y del siglo XX evoluciona junto con estas transformaciones y es un testimonio permanente del impacto en las personas, en las relaciones humanas, en la sentimentalidad y en la evolución de las creencias, los sentimientos y de las ideas recibidas, de las mutaciones de un mundo, que tuvo sus peores momentos cuando creyó que podía olvidar el sentido trágico de la vida. Este ciclo, sí se puede decir así, es una historia subjetiva de los dos últimos siglos. Es el relato que han hecho algunas de las conciencias creativas más potentes de la literatura. Tejiendo así una historia de la sensibilidad y de las contradicciones morales contemporáneas de la que probablemente reconoceremos muchos elementos en nuestras experiencias autobiográficas.
Josep Ramoneda
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