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La práctica reflexiva es una propuesta de formación docente que se propone a los docentes en servicio a través de maestrías y las cumunidades de aprendizaje de las reuniones mensuales de consejo en la educación básica, es una estrategia para que el profesorado piense sus acciones en el aula de forma más acertada, intencionada y productiva desde la perspectiva de lo educativo.
Esta idea de la práctica reflexiva se relaciona con el tipo de pensamiento que desde tiempos de Platón y Sócrates se viene planteando a través de los textos de diálogos para la reflexión. Más recientemente John Dewey (1859-1952) desarrolla una decripcion sobre el pensamiento reflexivo, que es muy ilustrativo y convincente, es un pensamiento que al principio de su libro Cómo pensamos, lo define sencillamente como el tipo de pensamiento que consiste en darle vueltas a un tema en la cabeza y tomárselo en serio con todas sus consecuencias. Sin embargo, más adelante en el citado texto refiere cinco fases o aspectos del pensamiento reflexivo que comienza con las sugerencias mentales que se elaboran al buscar una solución a un problema dado, hasta la fase final que es la comprobacion de hipótesis. En la idea de Dewey, la educacion debería enseñar a pensar reflexivamente a los ciudadanos para construir una mejor sociedad. Cosa que resulta cierta para el momento actual donde no se intenciona la cuestión de enseñar a pensar en general, y menos de forma reflexiva en la educación basica, más bien las formas educativas se relacionan con una lógica instrumentalista que otros investigadores de la práctica reflexiva denominan racionalidad técnica, es decir, un conjunto de conocimientos, teorías y técnicas que se aplican de forma automática y con las que son entrenados muchos profesionistas, con lo que evitan reflexionar sobre situaciones concretas del contexto donde desarrollan sus tareas.
Por otra parte, la práctica reflexiva se alimenta de las ideas de Dewey y Donald Schön que define a ésta como una práctica intencionada, analizada y conducida de forma más consciente. Específicamente Schön plantea la práctica reflexiva en la acción como una alternativa para la formación, en lugar de la racionalidad técnica. Con esta práctica reflexiva los profesionistas (entre ellos los docentes) pueden conducir sus acciones profesionales de forma más contextualizada, intencionada y dirigida a los sujetos y sus problemas en los cuales desarrollan sus tareas. Así, Schn propone la práctica reflexiva como una propuesta de desarrollo profesional que ha sido retomado por los diseñadores de los programas de formación de docentes del sistema educativo oficial.
Más recientemente Domingo y Gómez (2014), publican un texto donde describen diferentes argumentaciones y propuestas prácticas para desarrollar una práctica reflexiva. Estas dos españolas estudian la práctica reflexiva de los profesores, y citando a Zeichner dicen que “la práctica reflexiva supone la consideración activa, persistente y cuidadosa de cualquier creencia o forma supuesta de conocimiento a la luz de sus fundamentos y de las consecuencias que pomueve”. Esto quiere decir que la práctica docente debe ser constantemente revisada, monitoreada, repensada y resignificada para que cumpla cabalmente con sus propósitos de eficacia y calidad. Y esto debe ser realizado por el profesional de la educacion a través de la recuperación constante de su propia práctica y el docente en formación debe de aprender a manejar eficazmente los instrumentos que le ayuden a reflexionar su propia práctica en el futuro.
Las autoras de la práctica reflexiva dicen que “este modelo formativo, ademas de profundizar en el conocimiento de la materia, la didáctica y la pedagogía, pretende también que el profesorado sea capaz de autoformarse al convertir la reflexión en y sobre la práctica en un hábito consciente que se integra en la actividad diaria”.
La propuesta del pensamiento reflexivo de Dewey es muy actual para los momentos por los que pasamos, donde las acciones y situaciones sociales, políticas y económicas deben ser reflexionadas constantemente y dialogadas por los actores responsables de tomar medidas que afectan a la poblacion, para ello debe de reconocerse la investigación sociológica y las informaciones que se están generando en la sociedad, porque a veces pareciera que se toman decisiones económicas y sociales desde una óptica de racionalidad técnica, donde desde el diagnóstico está equivocado o diagnosticado en una sociedad que no es la mexicana, y las intervenciones gubernamentales son todavía mas erráticas. Falta reflexionar, desarrollar una práctica gubernamental reflexiva a partir del contexto nacional específico.