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En la actualidad no existe una orientación concreta sobre cómo actuará la República Dominicana si la falta de agua, la desertización o la ausencia de seguridad alimentaria en Haití, derivadas del cambio climático, provoca una migración de subsistencia a nuestro país
Existe una significativa preocupación sustentada en que el cambio climático influirá en la forma, tipo y ubicación de los conflictos más violentos, relacionados con el desplazamiento obligado de personas a otros territorios, ante la imposibilidad de sobrevivir en el suyo propio. El caso de Haití y la República Dominicana es uno de los potenciales focos de migración por esta causa y, por tanto, de enfrentamiento.
Los expertos generalmente están de acuerdo en que el riesgo de conflictos violentos o inestabilidad relacionados con la migración es altamente dependiente del contexto local, el cual no es propicio en la República Dominicana. Los factores climáticos son muy difíciles de separar de otros factores críticos como los económicos, los políticos y los sociales. Pero lo que está claro es que los grandes movimientos de personas causan desafíos para los que se ha de estar preparado. ¿Lo estamos?
El agua ya es escasa en Haití
Un informe de las Naciones Unidas señala que casi la mitad de los 11 millones de haitianos no dispone de agua potable a menos de 500 metros, lo que supone una caminata de 12 minutos de ida cargado con un envase vacío, y como mínimo 36 minutos de vuelta cargado a plenitud del líquido elemento, siempre considerando que el trayecto sea llano y a una temperatura razonable, de lo contrario, el tiempo empleado podría ser el doble. Las mujeres hacen este recorrido cuatro o cinco veces al día cargando una media de 20 litros en cada uno, recordando que la equivalencia a un litro es un kilogramo de peso. Existen ladrones de agua que roban en surtidores y la comercializan en envases y fundas de plástico.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha hecho esfuerzos notables por hacer llegar agua potable a los hogares, pero es importante resaltar que para que el agua llegue a un grifo o se pueda potabilizar, ha de existir antes una fuente natural (río o pantano), la cual está amenazada por el cambio climático.
La sed provoca disputas
Un informe sobre el estado de la seguridad alimentaria del mundo, conjuntamente publicado por alimento y organización agrícola (FAO), Fondo Internacional de desarrollo agrícola (FIDA), fondo (UNICEF de las Naciones Unidas para infancia), mundial de alimentos programa (PMA) y Organización Mundial de la salud (OMS), pone el número de personas afectadas por hambre, sed y el conflicto subsiguiente en 489 millones. Es aproximadamente el 60% de las 815 millones personas en todo el mundo sufren hambre y desnutrición. El informe detalla que los conflictos se agravan por sequías o inundaciones, vinculados en parte a los fenómenos de El Niño y La Niña (éste último afecta directamente a la isla). Hay un consenso general entre los organismos de la ONU sobre que los enfrentamientos causados por hambre y sed necesitan ser tratados. Evidentemente, esto es más fácil decirlo que hacerlo.
La única opción es riesgosa
Los desplazamientos derivados del cambio climático suelen comenzar a nivel comunal, pero con el tiempo y sin soluciones se expanden de forma sustancial. Si excluimos la salida por mar, la única opción que se presenta para los habitantes de Haití es desplazarse al otro lado de la isla. En este escenario, es importante considerar el contexto cultural, totalmente distinto; la posibilidad de que la economía dominicana pudiera absorber el desplazamiento, lo que es más que problemático; la distancia social que existe entre ambas ciudadanías, basada en antecedentes históricos; la inexistencia de infraestructuras y recursos para poder asimilar el movimiento migratorio; y el temor a que el desplazamiento dañe la convivencia y desestabilice parámetros de bienestar, de atención social y de estructura económica pública. De no producirse un control de la frontera, el movimiento masivo produciría como mínimo desestabilización y reacciones adversas que podrían degenerar en conflicto.