me ayudan con está tarde por favor
investigar sobre los problemas de inflación, devaluacion y deuda externa que sufrió México en las últimas de décadas
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Respuesta:
uan, Francisco Pérez Arce
I. 1936-54
Durante muchos años el peso mexicano ligó su historia y su destino al precio del oro y de la plata en los mercados internacionales. En los últimos años del siglo pasado la plata sufrió un descenso constante de su precio con respecto al oro; como en nuestro país el peso plata era el equivalente general y el medio de circulación más importante, el descenso de la paridad oro-plata en el mercado mundial significó una pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda con el exterior, en particular con el dólar norteamericano. Por ello la paridad peso-dólar estaba directamente vinculada a las oscilaciones de los precios del oro y la plata en el mercado mundial. Esta situación se mantuvo no sólo durante el porfiriato, sino también en los regímenes postrevolucionarios, a pesar de que el presidente Carranza estableció el patrón oro en octubre de 1918.
Los efectos de la gran depresión y el déficit en la balanza de pagos que ésta acusó en nuestra economía, provocó que el oro saliera del país y que la plata reafirmara su carácter favorecido de medio de cambio. En 1931 el gobierno desmonetizó el oro dejando a la plata como medio de pago de curso forzoso, mientras los billetes de banco eran de aceptación sólo voluntaria (excepto en las oficinas públicas) y sin poder liberatorio ilimitado. Todo esto obligó al gobierno a dejar el peso al libre juego de la oferta y la demanda en el mercado internacional de cambios. La “flotación”, como ahora se le llama, cambió la paridad de 2 pesos a 3.60 pesos por dólar y duró de julio de 1931 a diciembre de 1933, cuando el Banco de México decidió una paridad fija.
Con la desmonetización del oro y la fijación de un tipo de cambio fijo con el dólar, se sentaron las bases para el sistema monetario moderno, la creación del Banco de México años antes, en 1925, y la creación de una reserva monetaria para cubrir los déficits con el exterior, fueron otras medidas de igual importancia. Pero sólo hasta 1936 se decretó la desmonetización total del dinero y se dio a los billetes poder liberatorio ilimitado y curso forzoso. Puede decirse que a partir de entonces la moneda mexicana dejó de depender de las fluctuaciones internacionales del precio de los metales preciosos. En adelante, “el valor interno y externo de la moneda dependerían básicamente del manejo de la política monetaria”.
Al contar con el monopolio de la emisión de moneda, el Banco de México asumía las funciones de un banco de bancos o Banco Central. A través de este monopolio, las autoridades regularon el volumen de medios de pago según los criterios de política económica elegidos. Este control, a su vez, era un elemento fundamental para regular el crédito y el gasto, lo que incidía negativa o positivamente en el crecimiento económico al aumentar o disminuir la demanda agregada y la oferta. Por otra parte, el Banco de México pudo regular el tipo de cambio con el exterior alterando la paridad del peso con otras monedas extranjeras y en particular con el dólar. Normalmente, la modificación de la paridad con el dólar depende del monto del desequilibrio externo y del riesgo de que las reservas monetarias se agoten.
Entre 1933 y 1938, la paridad del peso con el dólar no se alteró. Gracias a las reformas monetarias de 1935 y 1936, el régimen cardenista pudo manejar el gasto público para echar a andar distintos proyectos. Es decir, a diferencia de lo que sucedía en el pasado, el financiamiento del gasto ya no estaba determinado tan sólo por los ingresos del gobierno y los préstamos extranjeros. Ahora se podía recurrir a la expansión de los medios de pago para financiar el déficit público.
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