¿Cuáles fueron las principales causas de la decadencia y posterior caída del imperio romano de occidente?
a) Los tanques de guerra que utilizaban los pueblos "barbaros" eran más rápidos.
b) Que los dioses romanos nos los acompañaron a las batallas.
c) La falta de un ejército más grande y organizado.
d) Invasiones "bárbaras" (externas) y corrupción del ejército y funcionarios del imperio (internas)
Respuestas
Respuesta:
Supongo que es la d. Invasiones ''barbaras'' (externas) y corrupción del ejército y funcionarios del imperio (internas)
Explicación:
Corrupción política y de la Guardia Pretoriana
El poder de la Guardia Pretoriana, la élite de soldados que componían la escolta personal del Emperador, también cayó en un abismo de corrupción política, a tal punto, que su potestad les permitía a este grupo masivo de soldados, decidir cuándo un Emperador debía ser depuesto y cuándo debían nombrar uno nuevo. La historia de Sejano, comandante de la Guardia Pretoriana durante el reinado de Tiberio, ilustra el poderío de los pretorianos. En cierto punto, la Guardia Pretoriana llegó a subastar el trono del Imperio al mejor postor.
Economía decadente y alta inflación
El Gobierno Romano se encontraba constantemente amenazado por la bancarrota, en parte debido al alto costo que demandaba el Imperio, y en parte también a su economía estancada, los elevados impuestos y una inflación que condujo al final inevitable del Imperio Romano. La mayoría de los habitantes de Roma apenas pudieron disfrutar de la increíble prosperidad de esta nación. Por ejemplo, la cantidad de oro enviada al oriente en pago por bienes de lujo, llevó a una escasez de este mineral para producir las monedas romanas. Como resultado, la moneda romana se devaluó tanto, que el sistema de trueque hubo de ser implantado en una de las mayores civilizaciones conocidas por el mundo.
Antagonismo entre el Senado y el Emperador
Una de las principales causas que explican la caída del Imperio Romano, consistió en el antagonismo sostenido entre el Senado y los Emperadores. El Emperador romano poseía el poder legal para gobernar sobre los asuntos religiosos, civiles y militares del estado, con el Senado actuando como cuerpo consejero. El Emperador tenía el poder sobre la vida y la muerte, eran poderosos, caprichosos y acaudalados, lo que trajo como consecuencia que se volvieran corruptos, y muchos de ellos se abandonaran a un estilo de vida perverso, inmoral y engañoso. En no pocas ocasiones, los Emperadores sufrieron el antagonismo del Senado, pues ocurría que los senadores no simpatizaban con el Emperador, o este se oponía a los criterios del Senado.