Tengo un debate en el cuál tengo que dar argumentos para defender a Salvador Dalí y por qué es mejor que Picasso desde el punto de vista artístico
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Las obras de estos dos grandes genios del arte resultan ser de tal valor y plasticidad, que contar con alguna muestra de ellas se ha llegado a convertir en el orgullo de museos, coleccionistas, salas de exposiciones, subastas de arte, subastas de arte online y negocios de compra-venta de arte. Algo parecido ocurre con Miró o Tàpies, por ejemplo.
Muchos son los rumores que han corrido a lo largo de estos últimos años sobre las discrepancias entre ambos, pero poco se ha dicho sobre otros tantos puntos de encuentro y similitudes que los unían.
El primer encuentro entre ambos tuvo lugar en París allá por el año 1926. Dalí, a sus 22 años, como todo artista de la época, se dispuso a visitar la ciudad y se presentó en el taller de Picasso al que se dirigió en estos términos: “Antes de visitar el Louvre he decidido venir a verle”. Dos horas estuvo Picasso enseñándole las obras que estaba preparando para la exposición que iba a tener lugar en la Galerie Rosenberg.
A pesar de las diferencias políticas, ambos se mantuvieron en contacto siendo varias las postales –concretamente, veinte-, tres cartas, dos cartones de invitación, dos telegramas y un manifiesto, los que envió Dalí a Picasso. La correspondencia inversa es inexistente por la desafección de Picasso al género epistolar. Sin embargo, Picasso no tuvo problemas para financiar el viaje de la pareja Dalí-Gala a Estados Unidos a bordo del Champlain el 8 de noviembre de 1934.
Pero esto no es todo. Existe gran similitud también en algunos de sus cuadros al reinventar, recrear y reinterpretar Dalí varias de las obras de Picasso. Es el caso del estilo puntillista, poco usual, utilizado tanto por Picasso en 1921 al pintar al grupo de mujeres al borde del mar y el bañista de Es Llaner que Dalí pintó en 1923. Otro ejemplo puede encontrarse en las naturalezas muertas que sirven de antesala a las figuras de los bocetos del Guernica de Picasso y la premonición de la Guerra Civil (1935) de Dalí. Muy significativa es, así mismo, la afición de ambos por Velazquez y sus Meninas, actualizadas y reinventadas a través del cubismo y del surrealismo de uno y otro.
El paralelismo entre las obras de ambos es el tema de la exposición que organizan el Museo Dalí de Saint Petesburg (Florida) y el Museo Picasso de Barcelona en colaboración con la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras con 78 grabados, esculturas, collages, dibujos y pinturas de ambos autores, que puede visitarse hasta el próximo 28 de junio de 2015.
Una relación compleja, en fin, marcada por la rivalidad, el apoyo y la admiración reflejados en la riqueza plástica de dos grandes iconos del arte del siglo XX.
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