Respuestas
Explicación:
A menudo, muchos de nuestros problemas cotidianos se encuentran afectados por fallos en la regulación emocional, teniendo consecuencias tanto personales como sociales. Una mala contestación, un impulso repentino, la incomprensión hacia los sentimientos de otra persona o simplemente, ignorar lo que nos han dicho. De algún modo, cada experiencia que vivimos está impregnada de una atmósfera emocional que no podemos olvidar, sobre todo, si queremos ser felices y construir vínculos sanos. Ahora bien, ¿qué podemos hacer para gestionar nuestras emociones?
La respuesta se encuentra en la regulación emocional. Se trata de aprender a mantener, aumentar o suprimir un estado afectivo en curso con el objetivo de alcanzar una meta: el equilibro emocional.