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Hola,
Los modelos familiares han sufrido muchos cambios en los últimos años. El acceso de ambos sexos al mercado laboral, el aumento de las familias monoparentales (debido al creciente número de separaciones, adopciones y madres solteras) y nuestro nuevo estilo de vida han cambiado por completo la relación que los padres actuales mantienen con sus hijos.
Hemos pasado del respeto absoluto que nuestros padres exigían, de ese “sí a todo” bajo la coacción de un castigo a un modelo mucho más comunicativo, donde los padres intentan comprender a sus hijos y prestan atención a sus necesidades.
La falta de tiempo
Nuestro ritmo de vida nos quita mucho tiempo para estar con nuestros hijos. Por norma general ambos padres trabajan siempre que pueden hacerlo, en contraposición al modelo familiar tradicional donde la madre permanecía todo el día en casa cuidando de sus hijos.
Todo esto lleva a situaciones en las que los niños salen del colegio y no hay nadie que les recoja, llegan a casa y tienen que permanecer solos o en compañía de sus hermanos durante toda la tarde, sin nadie que supervise lo que hacen.
Los valores
Como padres, vamos a ser durante un tiempo el espejo en el que nuestros hijos se miren, nuestras palabras y la manera de comportarnos van a marcar el carácter futuro de nuestros hijos. Mantener una convivencia afectuosa en casa puede ser el punto inicial para transmitirles una serie de valores como la honradez, tolerancia, igualdad, todos ellos muy positivos para su desarrollo personal y social.
La responsabilidad
Resulta muy bueno para su educación que nuestros hijos aprendan a tener responsabilidades cuanto antes, normalmente asignándoles algún tipo de tarea doméstica, como que mantengan su cuarto siempre ordenado, que vayan a la compra o que ayuden con la mesa cuando llegue la hora la cena.
La constancia
Si queremos que nuestros hijos rindan más en la escuela debemos estar siempre encima de ellos, sin altibajos. Debes incentivar a tus hijos de manera continua a lo largo de todo su proceso educativo. Algunos padres vigilan a sus hijos solo cuando éstos son pequeños, cuando crecen y llegan a la adolescencia piensan que son lo suficientemente mayores para ser responsables y dejan de hacerlo. Y es precisamente en esta edad tan difícil cuando más atentos tenemos que estar.
La comunicación
Hay veces que no tenemos tiempo para implicarnos más en la escuela y el papel que asumimos se reduce a ir a recoger las notas al final del curso. Aunque no podamos acudir físicamente a visitar a los profesores de nuestros hijos, siempre podemos llamarles por teléfono o mandarles un mensaje.
Las nuevas tecnologías se aplican en los centros docentes y actualmente es muy común que éstos dispongan de sus propios foros y canales para garantizar una comunicación directa y fluida entre padres y profesores.
Debemos intentar hablar con nuestros hijos todos los días y preguntarles que tal les ha ido en el colegio, qué cosas han aprendido, si les han mandado deberes o si necesitan ayuda para hacerlos.
Espero que te ayude