Respuestas
Respuesta:
Hay días oscuros y días de luz,
cuando te sientas triste, débil y sólo/a, mira a tu alrededor.
Seguro encontrarás una palabra de amor, gente que te apoye.
Personas que te hagan sentir importante, y que te devuelvan la vida en un instante.
Siempre conseguirás a alguien que te escuche,
que te acompañe y te brinde una mano amiga.
No estarás solo/a.
Explicación:
Decálogo
Ponte siempre en el lugar de la otra persona. No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
Si observas actitudes despectivas o maltrato en tu entorno: Tolerancia cero. No rías las gracias de quienes abusan de los demás. Eres más valiente si actúas en defensa de la persona agredida.
Si ves algún abuso en tu escuela o ikastola habla con quien las sufre y pregúntale cómo se siente. Demuéstrale que estás a su lado. ¡Solidarízate!
Si sabes de la existencia de abusos entre compañeros y compañeras pide ayuda a una persona adulta de confianza.
Como cualquier otra persona las niñas y los niños también necesitan ayuda aunque a veces no la pidan con palabras. Presta atención en tu entorno, observa y escucha activamente si hay menores que demandan o necesitan ayuda. Nunca ignores o menosprecies sus quejas. Hazle ver que dispone de apoyos, que puede contar contigo. Informa al centro educativo y pide ayuda y/o asesoramiento.
Enseña a mostrar los sentimientos. Si eres un padre o una madre emocionalmente inteligente, tus hijas y tus hijos también lo serán. El reconocimiento y el control de las emociones, junto con la empatía, son fundamentales en las relaciones.
Ante todo infórmate. Aprende a distinguir cuándo es acoso de cuando no lo es. Involúcrate y haz partícipe al resto del profesorado, a la dirección. Muévete y busca ayuda.
Podéis redactar de forma participativa un código de respeto mutuo y convivencia, y colaborar para qué se cumpla.
Educa en el respeto a los demás, refuerza la educación en la convivencia y enseña y potencia modelos de resolución no violenta de los conflictos.
No culpes previamente a la persona supuestamente culpable y no victimices más a la víctima, preguntas abiertas te darán respuestas más sinceras. Utiliza tu inteligencia emocional y empatía.