Respuestas
Respuesta:
espero te sirva ;)
Explicación:
La casa, en obra negra, consta de un local desocupado, con piso de cemento, utilizado para guardar una mesa de planchar, ropas, un trofeo deportivo y una grabadora. La cocina, con dos estufas de dos puestos, una butaca y dos o tres ollas. El baño pobrísimo, y dos alcobitas. En el patio hay tejas sin usar, ropa tendida y arbolitos para transplantar.
Mientras de pié en la cocina, con un cuchillo pequeño pela papas, o levanta la tapa de la olla para ver si ya hirvió el caldo, Oliveros refiere que su padre se estableció en Algeciras (Huila), huyendo de la violencia. A los dieciocho años se voló para Bogotá, donde consiguió empleo, terminó el cuarto de bachillerato y cursó tres años de soldadura y mantenimiento en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).
Luego se afilió al Movimiento Cívico Popular de Vivienda que orientaba el padre Saturnino Sepúlveda, fundador del barrio Manuela Beltrán, en un predio comprado a Jorge Ezequiel Ramírez, el Emeterio de Los Tolimenses, y donde con una cuota inicial de 400 pesos y un total de 40.000 pesos, le adjudicaron el lote donde, con la ayuda de la hermana que lo acompañó en la escapada de la familia, levantó la casita. Los vecinos piratearon la energía y perforaron el tubo del agua.
Pronto lo nombraron coordinador de manzana, en un liderazgo que le viene de herencia, pues el padre era presidente de la acción comunal en el campo. Me gusta mucho liderar todo el proceso de las comunidades.
Mi labor específica, de la que yo me siento satisfecho, fue la de obtener la prestación de los servicios, poner en funcionamiento la escuela, el centro múltiple Manuela Beltrán, la casa vecinal, donde las madres dejan los niños para irse a trabajar por días, y el Centro Médico de Atención Inmediata (CAMI), que atiende las 24 horas . El secreto de la consecución del CAMI fue una audiencia con el secretario de salud, Luis Alfredo Baena.
La empresa donde trabajaba lo despidió ocho días antes de completar los díez años. Y Jairo, quien defiende la idea de que el gobierno debiera darles un subsidio a los líderes comunales, consiguió para la esposa, Luz Helena Rodríguez, un empleo de auxiliar en el CAMI del Perdomo. Los dos madrugan. Jairo prepara el almuerzo: un día sancocho, otro fríjoles, otro lentejas, y sale a sus labores comunales. En ocasiones carga con el más pequeño de los tres hijos. No lo dejo en el jardín porque me da pesar. Al que quiere a los hijos, en ninguna parte le hacen estorbo .
Explicando la razón de una gotera en el techo de su casa, Jairo dice que aquí como en todas partes hay mucha envidia. Los que no participan, no asisten, no les gusta el progreso, se disgustan porque uno les recomienda que no boten la basura donde no es; ellos vienen y me dejan la basura en la puerta; y nos tiraron una piedra que cayó sobre la cama. Uno se siente desmoralizado; pero la mayoría reconoce el trabajo . Política No tengo ningún movimiento. Soy liberal, porque mi papá era liberal, pero mi forma de pensar no es por la política. Yo fuí a conocer la obra del padre Bernardo Hoyos en Barranquilla. Porque me llevó la Fundación Social que nos ayuda aquí. Yo la admiro y quiero que la llevemos al nivel de Ciudad Bolivar .
Admite que aspira a figurar en la lista que las juntas lanzarán para escoger a los ediles de 1994.