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La Revolución de Febrero de 1917 puso fin a su reinado cuando, intentando volver del cuartel general a la capital, su tren fue detenido en Dno, gobernación de Pskov, y fue obligado a abdicar.[1] A partir de entonces, el zar y su familia fueron apresados, primero en el palacio de Alejandro, en Tsárskoye Seló, después en la casa del gobernador de Tobolsk y finalmente en la Casa Ipátiev, en Ekaterimburgo. Nicolás II, junto a su esposa, su hijo, sus cuatro hijas, el médico de la familia imperial, un criado personal, la camarera de la emperatriz y el cocinero de la familia fueron ejecutados en el sótano de la casa por los bolcheviques en la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918.[2] Posteriormente, Nicolás II, su mujer y sus hijos fueron canonizados como mártires por la Iglesia ortodoxa rusa fuera de Rusia.