Respuestas
Respuesta:
(Mr 4:35-41) Jesús calma la tempestad y se revela como el Señor de la ... El Señor les estaba preparando para ese momento crucial
Respuesta: Una tormenta en el mar es algo bien impresionante. Pero hay tormentas que azotan a la vida de toda persona que son tan impresionantes como la encontrada en el mar donde se encontraba Jesús y sus discípulos. Pues en ese mar Él demostró su poder, Jesús calma la tempestad para dar una lección de fe a sus discípulos.
(Marcos 4:35-41)”Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”
Explicación:
(Mateo 8:23-27)“Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? ”.
Curiosamente, mientras ocurría esta gran caos donde los discípulos pensaban que el fin había llegado, nuestro Señor Jesús estaba dormido en la popa de la barca. “Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal”, (Marcos 4:38). El tiempo usado en el original describe a Jesús pacíficamente dormido. Esto nos ofrece un lindo cuadro que contrasta con la escena de los abatidos discípulos. Había trabajado arduamente y estaba muy cansado, ya que no olvidemos de que Él es hombre perfecto. Además, no le era difícil quedarse profundamente dormido, porque su confianza en el Padre celestial no vacilaba. Ni el rugido del viento ni la embestida de las olas y ni siquiera el balanceo brusco y continuo del barco pudo despertarlo.