¿Cuáles derechos y deberes tenemos los seres humanos, frente a la naturaleza?
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Respuestas
Hay un consenso amplio sobre que los seres humanos tienen derecho a disfrutar de un medioambiente adecuado para el desarrollo de la persona. Así lo reconoce, por ejemplo, la Constitución española en su artículo 45. Pero este derecho es en realidad un derecho-deber, pues exige para su viabilidad que la misma actividad humana no impida de facto el disfrute de este derecho. Pasar de la mera exigibilidad al ámbito de la responsabilidad y de los deberes. Pero entrar en la lógica de la responsabilidad, implica para quienes estamos culturalmente condicionados por la racionalidad moderna de explotación de la naturaleza, también avanzar hacia un cambio cultural, hacia otra lógica en la relación con la naturaleza. En este contexto y para este fin, recuperamos aquí algunos aportes de la Encíclica Caritas in veritate sobre el desarrollo humano integral de Benedicto XVI.
La responsabilidad humana ante el ambiente natural: el ámbito de los deberes
Un cambio cultural, o una “conversión ecológica” que puede también ser alimentada por la perspectiva creyente de la tradición cristiana. Señala B. XVI, “El creyente reconoce en la naturaleza el maravilloso resultado de la intervención creadora de Dios, que el hombre puede utilizar responsablemente para satisfacer sus legítimas necesidades —materiales e inmateriales— respetando el equilibrio inherente a la creación misma” [48]. Acoger el don de la creación, que nace del amor de Dios, invita a continuar en la lógica del amor que orienta y promueve todas las vidas. Ello permite y exige respetar el equilibrio propio del ambiente. Este equilibrio, no es sólo fruto de curso evolutivo simplemente azaroso y fortuito, sino que hay que reconocerlo como un don, que posibilita la vida humana y la del conjunto de la creación. Una ruptura de esta dinámica, es el abuso del medio ambiente, introduciendo cambios que rompen su equilibrio, como el proceso actual del cambio climático en cuanto fruto de la actividad humana y de un modelo cultural que permite el abuso de los recursos y del equilibrio natural. Responder a este desajuste implica reconocer y practicar algunos deberes marginados en la presente cultura dominante.
Deber de conservación
Deber de no alienar la naturaleza
Deber de integrar justicia y ecología
Deber de buscar la sostenibilidad
Unos deberes que bien nos pueden ayudar a hacernos cargo de la responsabilidad hacia nosotros mismos, hacia la humanidad presente y futura, y hacia el conjunto de la creación.