Respuestas
Respuesta:Sin título, de Juan Gelman (Argentina)
Eres mi única palabra:
no sé tu nombre.
Dedicatoria, de Luis Alberto Cuenca (España)
La tierra estaba seca.
No había ríos ni fuentes.
Y brotó de tus ojos
el agua, toda el agua.
Sin título, de Antonio Martínez Sarrión (España)
No poco conseguí.
Lo perdí todo.
Futuro, de Alejandra Pizarnik (Argentina)
Me dicen
tienes la vida por delante
pero yo miro
y no veo nada.
Rezo, de Alejandra Pizarnik (Argentina)
Pequeño poema
no me huyas
no armes abismos
entre mi alma y tú.
Le regret d’un faune, de Francisco Castaño (España)
No hay nada más hermoso
que una mujer hermosa
ajena a su hermosura.
Si eso fuera posible.
Amor eterno, de Rubén Darío (Nicaragua)
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Cultivo una rosa blanca, de José Martí (Cuba)
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Caribe, de Alejandro Castro (Venezuela)
De todos los monumentos
construidos por el hombre
mi favorito es el mar.
Tu nombre, de Octavio Paz (México)
Nace de mí, de mi sombra,
amanece por mi piel,
alba de luz somnolienta.
Paloma brava tu nombre,
tímida sobre mi hombro.
VI, de Raúl Zurita (Chile)
Chile está lejano y es mentira
no es cierto que alguna vez nos hallamos prometido
son espejismos los campos
y sólo cenizas quedan de los sitios públicos
pero aunque casi todo es mentira
sé que algún día Chile entero
se levantará solo para verte
y aunque nada exista, mis ojos te verán…
Destierro, de Luis Cernuda (España)
Ante las puertas bien cerradas,
Sobre un río de olvido, va la canción antigua.
Una luz lejos piensa
Como a través de un cielo.
Todos acaso duermen
Mientras él lleva su destino a solas.
Fatiga de estar vivo, de estar muerto,
Con frío en vez de sangre,
Con frío que sonríe insinuando
Por las aceras apagadas.
Le abandona la noche y la aurora lo encuentra,
Tras sus huellas la sombra tenazmente.
Al oído de una muchacha, de Federico García Lorca (España)
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
Metáforas, de Silvia Plath (EE.UU)
Adivíname: nueve sílabas
tengo, elefante, casa grande,
melón con sólo dos tentáculos.¡Oh fruta, marfil, leño fino!
Dinero nuevo en este bolso.
Soy medio, escena, vaca grávida.
Comí muchas manzanas verdes.
Del tren en que voy nadie baja.
Hasta la carne, de José Saramago (Portugal)
Otros dirán en verso otras razones,
Quién sabe si más útiles, más urgentes.
Éste no cambió su naturaleza,
Suspendida entre dos negaciones.
Ahora, inventar arte y manera
De juntar el azar y la certeza,
Se lleve en eso, o no, la vida entera.
Como quien se muerde las uñas cercenadas.
La rosa enferma, William Blake (Inglaterra)
Estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible,
que vuela, por la noche,
en el aullar del viento,
tu lecho descubrió
de alegría escarlata,
y su amor sombrío y secreto
consume tu vida.
Oh sí, de Charles Bukowski (EE.UU)
Hay peores cosas que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde.
Fe mía, Pedro Salinas (España)
No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.
A veces me parece, de Roberto Juarroz (Argentina)
A veces me parece
que estamos en el centro
de la fiesta
sin embargo
en el centro de la fiesta
no hay nadie
En el centro de la fiesta
está el vacío
Pero en el centro del vacío
hay otra fiesta.
Despilfarro, de Rafael Cadenas (Venezuela)
Es recio haber gastado días, meses, años en defenderse sin saber de quién.
Recio no poder ver el rostro del que asedia.
Recio ignorar lo que nos devasta
Explicación:
Respuesta:
1. Los ratones, de Lope de Vega
2. Agua, ¿dónde vas?, de Federico García Lorca
3. Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado
4. Síndrome (Mario Benedetti)
5. En las noches claras (Gloria Fuentes)
6. Deletreos de armonía (Antonio Machado)
7. Despedida (Alejandra Pizarnik)
8. Desvelada (Gabriela Mistral)
9. Rima LX (Gustavo Adolfo Bécquer)
10. Recuerdo que dejo (Nezahualcoyotl)
Explicación:
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