¿Elabora una lista de aportes de la ciencia y la tecnología en el tratamiento de enfermedades respiratorias? (pregunta clave)
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Respuesta:
las tecnologías innovadoras tienen enormes posibilidades de aumentar el bienestar humano. Sin embargo, el progreso tecnológico no garantiza la consecución de resultados sanitarios equitativos. Al tiempo que los adelantos de la tecnología redefinen la forma en que las personas, los sistemas y la información interactúan, las comunidades de pocos recursos suelen quedar excluidas. En aquellas comunidades donde se han impuesto soluciones tecnológicas, ha habido equipos abandonados, programas informáticos incompatibles y políticas ineficaces.
Para implementar la tecnología de manera sostenible y equitativa es crucial que se produzca un cambio de valores entre los dirigentes, las comunidades y los creadores de tecnología. Hay numerosos casos de aplicaciones tecnológicas que socavan la equidad, la justicia y los derechos humanos: por ejemplo, el uso de intervenciones médicas de alta tecnología en lugar de medidas preventivas más sencillas, o el empleo de genes “exterminadores” que impiden la reutilización de semillas de cultivos alimentarios. Para obtener resultados equitativos, el diseño y la aplicación de la tecnología deben respetar los principios éticos y los valores locales. Las decisiones sobre la utilización de nuevas tecnologías deben ser adoptadas por los usuarios locales, y su aplicación requiere compromiso a largo plazo y protagonismo local. Aquí analizamos las características de la aplicación de tecnología que pueden promover la equidad sanitaria, y para ello presentamos diversos ejemplos extraídos de los sectores sanitario, agrícola y económico.
Hay ejemplos exitosos de aplicación tecnológica que ilustran los valores básicos de la equidad. El Instituto de Ciencias Sostenibles (ICS) ayuda, con la colaboración de comunidades locales, a desarrollar e implementar tecnologías destinadas a combatir enfermedades infecciosas en entornos de bajos ingresos. El sistema del ICS comprende actividades de formación de capacidad centradas en la comunidad, como programas de capacitación, pequeñas donaciones, ayuda material y alianzas para prestar apoyo a largo plazo.1,2 En ambientes de bajos recursos se han utilizado técnicas de laboratorio, tales como la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT–PCR, por sus siglas en inglés), la prueba de inmunosorción enzimática, el cultivo celular y la citometría de flujo, adaptando estas tecnologías en el lugar y reforzando los conocimientos locales acerca de los principios y las limitaciones de cada técnica.1
En Nicaragua, los científicos ahora pueden preparar localmente estuches de diagnóstico de enfermedades como el dengue, la leptospirosis y la tripanosomiasis americana, y los diagnósticos pueden realizarse tanto en laboratorios regionales como nacionales. Las pruebas de RT–PCR en tiempo real para el diagnóstico de la gripe pandémica estaban listas antes de que se presentara el primer caso de la pandemia de 2009. El Laboratorio Nacional de Virología de Nicaragua ideó y ejecutó recientemente pruebas de diagnóstico de la fiebre chikungunya, una enfermedad vírica transmitida por mosquitos que surgió hace poco tiempo en América Central y el Caribe. La capacitación de los científicos locales, la reducción del aislamiento de estos y el fomento de la colaboración internacional permiten ofrecer una rápida respuesta local ante los brotes de enfermedades transmisibles.
En todo el mundo hay ejemplos similares en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones para la salud. La vigilancia, la gestión en el laboratorio y el tratamiento clínico de las enfermedades infecciosas se pueden mejorar mediante el uso de sistemas de información de bajo costo, pero estos deben basarse en la capacidad de los recursos humanos locales, la disponibilidad de hardware y software, y la conectividad.1,3 El ICS se asoció con el Ministerio de Salud de Nicaragua para diseñar sistemas informáticos encaminados a mejorar la calidad de los datos, reducir los costos e intensificar la ayuda prestada a múltiples usuarios finales para facilitarles la toma de decisiones. En este contexto, los dispositivos sanitarios móviles y los sistemas web de seguimiento de datos relativos a la inmunización pediátrica, la salud prenatal y la salud de la comunidad han mejorado el acceso a la información en el nivel de atención primaria.1 El proyecto de las guías de salud Hesperian, desarrollado sobre la base del dominio público digital, muestra cómo poner a disposición de millones de usuarios información en formato digital y multimedia.4 Se puede acceder gratuitamente al contenido –elaborado y perfeccionado junto con comunidades asociadas de todo el mundo– a través de internet y de dispositivos móviles, lo que amplía el acceso equitativo a recursos críticos a nivel comunitario.
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