Respuestas
Respuesta:
Causas
La Revolución
La primera causa de la era napoleónica fue la propia Revolución francesa. Ideológicamente, Napoleón es hijo de las ideas de esta Revolución: la lucha contra los nobles, las declaraciones de derechos y la igualdad, todas aparecen en los ideales que Napoleón trató de expandir por Europa, a pesar de las contradicciones que suponían sus métodos.
Inestabilidad
Las instituciones emanadas de la Revolución francesa nunca consiguieron ofrecer ninguna estabilidad al país. Tanto en la época del Terror como posteriormente con el Directorio, las conspiraciones internas y externas eran constantes. Además, la corrupción era muy frecuente en muchos ámbitos del poder.
Esto provocaba también que la economía no despegase. Gran parte de la población no había visto que su situación mejorara tras la desaparición del absolutismo, por lo que el descontento era generalizado. Ambos factores hicieron que la llegada de un líder fuerte fuera bienvenida.
Amenaza exterior
Desde el triunfo revolucionario, con sus ideas contrarias al absolutismo, las grandes potencias europeas comenzaron a intentar cambiar la situación.
Así, Austria y Prusia trataron de invadir el país ya durante los primeros años de la Revolución y, posteriormente, los ataques no cesaron.
Precisamente durante todas esa campañas militares la figura de Napoleón fue creciendo y haciéndose conocida. Entonces, no es de extrañar el gran recibimiento de la población cuando alcanzó el poder.
Economía
Napoleón basó su sistema económico en hacer de Francia una potencia industrial. De igual manera, emprendió pronto una guerra comercial contra Gran Bretaña.
Parte del motivo del bloqueo impuesto a las islas era que las materias primas que llegaban allí pasaran a ser destinadas a Francia.
Para favorecer el desarrollo económico, Napoleón sabía de la necesidad de modernizar los modos de producción. Para ello empezó a conceder premios a los que inventasen nueva maquinaria que mejorara la productividad.
Partición de la tierra
Con la Revolución, numerosas tierras pertenecientes a los nobles habían sido repartidas entre los campesinos. Estos, ayudados por nuevas herramientas, consiguieron mejorar mucho las cosechas.
Se introdujeron cultivos como la patata, lo que mejoró mucho la alimentación del pueblo. Lo mismo ocurrió con la remolacha, que sirvió para extraer azúcar.
No obstante, la situación fue empeorando con el paso de los años. Las continuas guerras, que obligaban a un aumento constante de las tropas, hicieron que muchos terrenos no pudieran trabajarse en condiciones.
Banco de Francia y el franco
Dentro de las políticas económicas emprendidas por Napoleón —eminentemente proteccionistas y dirigistas— destaca la creación de dos de las señas de identidad del estado francés.
Bajo su gobierno se creó el Banco de Francia, con control estatal y que financió a las empresas y agricultores del país. Además, proclamó al franco como moneda nacional, lo que facilitó dicha financiación y permitió el control de la inflación.
De nuevo fue la guerra la que desestabilizó el intento por controlar la subida de precios. Al final del Imperio, la moneda no valía prácticamente nada y eran necesaria una gran cantidad de billetes para pagar cualquier producto de primera necesidad.
Explicación:
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Causas
La Revolución
La primera causa de la era napoleónica fue la propia Revolución francesa. Ideológicamente, Napoleón es hijo de las ideas de esta Revolución: la lucha contra los nobles, las declaraciones de derechos y la igualdad, todas aparecen en los ideales que Napoleón trató de expandir por Europa, a pesar de las contradicciones que suponían sus métodos.
Inestabilidad
Las instituciones emanadas de la Revolución francesa nunca consiguieron ofrecer ninguna estabilidad al país. Tanto en la época del Terror como posteriormente con el Directorio, las conspiraciones internas y externas eran constantes. Además, la corrupción era muy frecuente en muchos ámbitos del poder.
Esto provocaba también que la economía no despegase. Gran parte de la población no había visto que su situación mejorara tras la desaparición del absolutismo, por lo que el descontento era generalizado. Ambos factores hicieron que la llegada de un líder fuerte fuera bienvenida.
Amenaza exterior
Desde el triunfo revolucionario, con sus ideas contrarias al absolutismo, las grandes potencias europeas comenzaron a intentar cambiar la situación.
Así, Austria y Prusia trataron de invadir el país ya durante los primeros años de la Revolución y, posteriormente, los ataques no cesaron.
Precisamente durante todas esa campañas militares la figura de Napoleón fue creciendo y haciéndose conocida. Entonces, no es de extrañar el gran recibimiento de la población cuando alcanzó el poder.
Economía
Napoleón basó su sistema económico en hacer de Francia una potencia industrial. De igual manera, emprendió pronto una guerra comercial contra Gran Bretaña.
Parte del motivo del bloqueo impuesto a las islas era que las materias primas que llegaban allí pasaran a ser destinadas a Francia.
Para favorecer el desarrollo económico, Napoleón sabía de la necesidad de modernizar los modos de producción. Para ello empezó a conceder premios a los que inventasen nueva maquinaria que mejorara la productividad.
Partición de la tierra
Con la Revolución, numerosas tierras pertenecientes a los nobles habían sido repartidas entre los campesinos. Estos, ayudados por nuevas herramientas, consiguieron mejorar mucho las cosechas.
Se introdujeron cultivos como la patata, lo que mejoró mucho la alimentación del pueblo. Lo mismo ocurrió con la remolacha, que sirvió para extraer azúcar.
No obstante, la situación fue empeorando con el paso de los años. Las continuas guerras, que obligaban a un aumento constante de las tropas, hicieron que muchos terrenos no pudieran trabajarse en condiciones.
Banco de Francia y el franco
Dentro de las políticas económicas emprendidas por Napoleón —eminentemente proteccionistas y dirigistas— destaca la creación de dos de las señas de identidad del estado francés.
Bajo su gobierno se creó el Banco de Francia, con control estatal y que financió a las empresas y agricultores del país. Además, proclamó al franco como moneda nacional, lo que facilitó dicha financiación y permitió el control de la inflación.
De nuevo fue la guerra la que desestabilizó el intento por controlar la subida de precios. Al final del Imperio, la moneda no valía prácticamente nada y eran necesaria una gran cantidad de billetes para pagar cualquier producto de primera necesidad.
Explicación:
Cuidate