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Respuesta:
Nose man te diria que busques en google
Explicación:
Festividad de la Virgen de la Candelaria
Realizada en la ciudad de Puno, departamento de Puno, a orillas del famoso Lago Titicaca. Se da inicio cada 2 de febrero con la celebración de las misas y procesiones a la Virgen de la Candelaria. Durante la festividad se realizan concursos de danzas folklóricas donde los participantes presentan coloridas vestimentas.
El nombre de ´Diablada Puneña´ se debe por la máscara y traje de diablo que utilizan los danzantes, quienes representan a través del baile, el enfrentamiento entre las fuerzas del bien y del mal, y a su vez, combinan rituales tradicionales andinos y de la religión católica (que introdujeron los españoles). La diablada es tradición en diversos países andinos como Bolivia y el norte de Chile, sin embargo, gana una destacable notoriedad en la
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Conozca la historia y costumbres del pueblo indígena Asheninka
El reciente reconocimiento del alfabeto de la lengua asheninka nos obliga a conocer más sobre este pueblo indígena que vive en los bosques amazónicos ubicados en la Selva Central, cubriendo territorios de las regiones Ucayali, Pasco y Junín.
Un estudio del Ministerio de Cultura, que cita trabajos de investigadores, revela que el pueblo Asheninka, también conocido como ‘ashaninka del Gran Pajonal’, ha sido relacionado con el pueblo ashaninka debido a que tienen una historia común y a que tradicionalmente se han ubicado en la misma zona geográfica. Además, ambos pueblos comparten una lengua que, aunque con distintas variantes, es considerada como una de las lenguas que agrupa la familia lingüística Arawak.
Casi nada se conoce del pueblo Asheninka antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, hay información que mantuvo redes de comercio con pueblos originarios de la sierra, desde antes de la llegada de los primeros misioneros.
Durante la época de la Colonia, los misioneros franciscanos tuvieron un primer ingreso al territorio asheninka en 1635. Investigadores refieren que los asheninka vieron en los misioneros una forma efectiva de tener acceso a herramientas, y en dicho contexto, los franciscanos iniciaron sus primeras acciones que consistieron en bautizar a los habitantes, establecer pequeñas capillas y celebrar misas.
Sostienen, además, que los obsequios por parte de los europeos se convirtieron en un importante aliciente para acceder a las comunidades asheninka, ya que dotaban a los líderes locales de prestigio y poder dentro de la comunidad. Dichas herramientas llevaron a una revolución en la agricultura y en la tecnología empleada por dicho pueblo.
Sin embargo, la relación con los misioneros y colonizadores no estuvo exento de problemas. La historia registra una serie de levantamientos indígenas, principalmente debido a la forma en la que los misioneros querían imponer su autoridad, a veces por encima de los propios líderes locales, o desconociendo sus costumbres. A ello se sumó las epidemias que hicieron crecer el índice de mortalidad de los asheninka del Gran Pajonal.
Juan Santos Atahualpa
Como resultado del descontento de la población indígena, se produjo un gran alzamiento a mediados del siglo XVIII, que tuvo como figura emblemática a Juan Santos Atahualpa.
Este levantamiento logró captar el apoyo masivo de diferentes pueblos indígenas, consiguiendo la expulsión de los misioneros que en ese momento se encontraban en la zona conocida como el Gran Pajonal. Los investigadores resaltan que el más grande logro de este levantamiento fue la expulsión de los misioneros y la recuperación del control sobre sus territorios, que no serían ocupados por población foránea hasta 200 años después.
Durante la época denominada como el ‘boom del caucho’, entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, una parte de los asheninka fue captada por los caucheros y obligada a trabajar en la extracción del caucho.
Ese contexto motivó el reingreso de los misioneros a la zona para intentar frenar la trata de menores y el comercio de esclavos, ‘comprándolos’ para ‘re-educarlos’. Así, para fines de la década del 1920, los misioneros nuevamente habían cobrado relevancia en la zona.
Terrorismo en la década de 1980
En la década de 1980, los grupos terroristas Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y Sendero Luminoso comienzan a realizar acciones en territorios de los pueblos ashaninka y asheninka. Dichos grupos llegaron a dominar prácticamente toda la provincia de Satipo y tuvieron el control de los valles de los ríos Perené, Ene y Tambo. En 1988, esta zona fue declarada en “estado de emergencia”.
Frente a la incursión del MRTA y Sendero Luminoso, los asheninka conformaron el “Ejército Asheninka” a fines de la década de 1980, logrando detener el ingreso de Sendero Luminoso a la zona del Gran Pajonal. Este ejército estaba compuesto por 250 personas, reclutadas a partir de un servicio militar obligatorio que, si bien coordinaba con el Estado, conservó su independencia.
Este pueblo fue uno de los pueblos indígenas más afectados por la violencia política, tanto por la desaparición de su población como por su enrolamiento forzoso en las filas de estos grupos y en la respuesta que tuvieron los mismos y el Ejército.
Investigadores afirman que la ocupación de los grupos armados significó la desaparición de gran parte de la población en las comunidades ashaninka asentadas en los ríos Perené, Ene y Tambo, cerca de donde se asentaban también comunidades autoidentificadas como asheninka.