• Asignatura: Biología
  • Autor: dokooo
  • hace 7 años

¿porque crees que es importante informarnos sobre las diferentes ideas y teorias que se ha tenido a traves del tiempi sobre el origen de la vida en la tierra? explica de manera sencilla y clara

Respuestas

Respuesta dada por: jorgealbertovelasque
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Respuesta:

Desde la más remota antigüedad, filósofos y médicos célebres han mirado los fenómenos que se desarrollan en los seres vivientes como dimanados de un principio superior e inmaterial que actúa sobre la materia inerte y al que está sometida. Tal fue el pensamiento de Pitágoras, de Platón, de Aristóteles, de Hipócrates, aceptado más tarde por los filósofos y los sabios místicos de la Edad Media, Paracelso, Van Helmont y por los escolásticos. Esta concepción alcanzó su mayor auge e influencia en el curso del siglo XVIII con el célebre médico Stahl, quien le dio una forma más nítida al crear el animismo. El animismo ha sido la expresión exagerada de la espiritualidad de la vida; Stahl fue el partidario más decidido y más dogmático de estas ideas perpetuadas desde Aristóteles. Se puede añadir que el fue su último representante; el espíritu moderno no ha acogido una doctrina en la cual se manifiesta una tan evidente contradicción con la ciencia.

Por otro lado, y en oposición a las ideas que preceden encontramos tendencias filosóficas que, adelantándose a los hechos, intentan establecer una identidad entre los fenómenos de los cuerpos inorgánicos y de los cuerpos vivientes, y ello antes de que la física y la química se hubiesen constituido como ciencias y se pudiesen conocer los fenómenos de Demócrito y Epicuro. Los atomistas no reconocen un primer impulso motriz; según ellos el mundo se mueve por sí mismo eternamente. No consideran sino una sola clase de materia, cuyos elementos, gracias a sus figuras, gozan de la propiedad de formar, uniéndose unos a otros, las combinaciones más diversas, y de constituir los cuerpos inorgánicos y sin vida, así como también los seres organizados que viven y sienten, como los animales, y los que son razonables y libres como el hombre.

Esta segunda hipótesis adopta desde su comienzo una forma exclusivamente materialista; pero cosa notable, los filósofos más convencidos de la espiritualidad del alma, tales como Descartes y Leibnitz, no tardarán en adoptar un punto de vista análogo, sólo que atribuyendo al juego de las fuerzas brutas todas las manifestaciones sensibles de la actividad vital. La razón de esta aparente contradicción reside en la separación casi absoluta que establecieron entre el alma y el cuerpo. Descartes ha dado una definición metafísica del alma y una definición física de la vida. El alma es el principio superior que se manifiesta por el pensamiento; la vida no es sino un efecto superior de las leyes de la mecánica. El cuerpo humano es una máquina formada por resortes, palancas, por canales, por filtros, por cribas, por prensas. Esta máquina está hecha para cumplir estas funciones; el alma se incorpora a ella para contemplar como simple espectadora lo que ocurre en el cuerpo, pero no interviene para nada en el funcionamiento vital. Las ideas de Leibnitz, desde el punto de vista fisiológico, tienen mucha analogía con las de Descartes. Como él, separa el alma del cuerpo y, aunque admite entre ellos una concordancia preestablecida por Dios, les niega toda especie de acción recíproca. "El cuerpo, dice, se desarrolla mecánicamente, y las leyes mecánicas no son violadas nunca en los movimientos naturales; todo ocurre en las almas como si no hubiera alma".

Stahl comprendió en forma muy distinta la naturaleza de los fenómenos de la vida y la relación entre el alma y el cuerpo. El no admite en los actos vitales las explicaciones que los presentan con algo en común con los fenómenos mecánicos, físicos y químicos de la materia bruta. Célebre químico él mismo, combate con mucho ímpetu y autoridad, sobre todo, las exageraciones de los médicos-químicos o yatroquímicos, tales como Sylvius de Le Boë, Willis, etc. que explicaban todos los fenómenos de la vida por acciones químicas: fermentaciones, alcalinidades, acideces, efervescencias. Sostiene que no solamente las fuerzas químicas son diferentes de las fuerzas que rigen los fenómenos de la vida, sino les son antagónicas por lo que tienden a destruir al cuerpo viviente en vez de conservarlo. Es necesario pues, según Stahl, una fuerza vital que conserve el cuerpo contra la acción de las fuerzas químicas exteriores que tienden sin cesar a invadirlo y destruirlo; la vida es el triunfo de estas sobre aquéllas. Con estas ideas, Stahl fundó el vitalismo, pero no se detuvo en este término, no se trataba sino de un primer paso en la vía que debía conducirle al animismo. Esta fuerza vital, dice, que lucha incesantemente contra las fuerzas físicas, actúa con inteligencia, con un propósito deliberado para la conservación del organismo. Ahora bien, si la fuerza vital es inteligente, ¿por qué distinguirla del alma razonable?

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