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Respuesta:
Un cuervo, posado en las ramas de un árbol, tenía un pedazo de queso en el pico. Estaba a punto de comérselo, cuando se acercó al zorro, atraído por el olor del queso.
-Buenos días, señor cuervo! Le dijo el zorro.
-Qué bonito estás hoy, y qué lindas plumas tienes!
El cuervo se puso muy contento al oir estas alabanzas. El zorro lo aduló más todavía:
-Debes tener una hermosa voz. ¡Si tu canto es tan bello como tus plumas, serás el mejor pájaro del bosque!
El cuervo, más y más orgulloso, quiso mostrar una linda voz. Abriendo el pico, dijo:
-Cro...
Y dejó caer el queso que el zorro se comió en un dos por tres. Luego, lamiéndose el hocico, dijo:
-Señor cuervo, todo adulador, vive del que lo escucha!
-Tienes razón -respondió el cuervo-. Por creer en tus halagos, perdí mi queso...Pero te aseguro que aprendí una buena lección!
Explicación:
espero le sirva