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Empecemos por lo primero, ¿Qué entendemos por inteligencia artificial?
La inteligencia artificial es la simulación de la inteligencia humana por parte de máquinas. En concreto, en la mayoría de los casos, estas máquinas son ordenadores o sistemas informáticos. No parece una tarea fácil puesto que la inteligencia humana se basa en el aprendizaje, el razonamiento y la autocorrección. Aún así, en la última década se ha dado un salto definitivo que ha acercado, incluso a veces de manera muy desafiante, los sistemas informáticos a la inteligencia humana.
La parte que ha evolucionado más y que tiene una aplicación práctica de mucho impacto es la del aprendizaje, dado que permite programar sistemas informáticos para tomar decisiones automáticas a partir de un volumen muy grande de datos. Una máquina toma mejores decisiones que la inteligencia humana cuando hay un número de datos significativa. Es buena sacando patrones y haciendo tareas repetitivas. Pero cuando se trata de encontrar causas, de ser creativo e improvisar soluciones, las máquinas aún están a años luz de la inteligencia humana.
Algunos ejemplos que tenemos a nuestro alcance son la famosa Siri de Apple, el traductor automático de Google o los sistemas de reconocimiento facial para entrar en determinadas empresas o establecimientos. También es famoso que Amazon te vaya recomendando productos porque va deduciendo tus preferencias en función de tus navegaciones anteriores, gracias a la aplicación de algoritmos y la realización de millones de cálculos.
Son cientos los ejemplos de la aplicación de la inteligencia artificial a nuestro día a día, aunque en este blogpost nos centraremos en los usos que se van aplicando en el área de recursos humanos.
Aplicaciones de la inteligencia artificial en el campo de los recursos humanos
Antes de entrar en ejemplos de aplicaciones concretas hay que tener en cuenta que la inteligencia artificial y otras revoluciones tecnológicas cambiarán por completo el campo de los recursos humanos.
Se necesitarán nuevos perfiles competenciales, relacionados con el aprendizaje de los sistemas informáticos, con sistemas predictivos y con la gestión de algoritmos. De hecho, ya es una realidad que uno de los perfiles más demandados son los especialistas en Big Data, los científicos de los datos.
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La inteligencia artificial puede hacerse hueco en departamentos de las empresas que trabajen con datos y que se basen en análisis objetivos
Así, pueden aplicarse sistemas informáticos para departamentos de seguros, riesgos financieros y similares que pueden permitir mejorar mucho el rendimiento de dichas áreas de las empresas.
Siguiendo con la excelente gestión de los datos que hace la inteligencia artificial, esta también puede tener aplicaciones para analizar el absentismo laboral y cuándo es más predecible que se dé, para tener en marcha un plan de mejora y también para paliar los efectos del mismo.
A través de la red neuronal de la inteligencia artificial pueden procesarse datos de los empleados a lo largo de los años y buscar patrones similares para analizar cuáles se dan en los trabajadores de mejor rendimiento
El conocimiento de estos patrones puede aplicarse claramente en los procesos de reclutamiento y selección de la empresa. De hecho, ya existen aplicaciones de algoritmos para rastrear en Linkedin y en otras redes talento que pueda beneficiar a la organización. También se ha aplicado la inteligencia artificial para detectar patrones en juegos y pruebas de selección que predicen qué candidato es el que puede tener un mayor desempeño en la organización. Se basa en patrones prestablecidos y en el comportamiento de los candidatos en estas pruebas, rebajando el peso del currículum de la persona (formación y experiencia laboral). La inteligencia artificial puede permitir seleccionar de manera más objetiva y llegar más fácilmente a más candidaturas.
La aplicación anterior puede darse en otros muchos terrenos de los recursos humanos. Puede analizarse el algoritmo para conocer qué patrón tienen los equipos de alto rendimiento, las personas con mayor capacidad de liderazgo o los empleados que van a querer salir antes de la compañía.
En definitiva, son múltiples las aplicaciones de la inteligencia artificial en el ámbito de los recursos humanos. En el lado positivo de la balanza estaría la mayor objetividad en la toma de decisiones, la posibilidad de evaluar más candidaturas o trabajadores o las predicciones para la toma de decisiones más racional. Mientras que lo negativo, la ausencia de creatividad, de incorporar la emoción en la gestión humana o la restricción del uso de la inteligencia artificial en organizaciones muy grandes y potentes exclusivamente en la actualidad.
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