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Respuesta:
Tratamiento
A nivel de la propia persona y su pareja se recomienda que el orgasmo no sea el final de toda interacción entre los miembros de la pareja, pudiendo disfrutar de actividades tales como acariciarse o abrazarse salvo que ello genere incomodidad o malestar a la persona con disforia. Se trata de generar vínculo posterior al encuentro sexual. En cualquier caso si se trata de algo habitual puede resultar de utilidad consultar con un psicólogo o un sexólogo.
Si bien no es habitual, la disforia postcoital puede requerir de tratamiento psicológico. En primer lugar es necesario valorar la posible existencia de alteraciones orgánicas. En el caso de que existan vivencias traumáticas, estas podrían ser trabajadas en consulta. Igualmente la presencia de culpabilidad o la consideración respecto al sexo pueden precisar de ser trabajados. En el caso de que sea necesario o se deba a un conflicto de pareja, puede resultar de utilidad emplear terapia de pareja y terapia sexual para favorecer.
Explicación: