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Respuesta:e trata de un coronel que tiene el cadáver de una mujer embalsamado, y lo entrevista un interesado en saber. Uno ya sabe antes de leerlo que el cuerpo es el de Evita.El coronel se cuenta que tuvo el cadáver de Evita y lo mostraba a sus conocidos, tenía por lo visto incluso cierta parafilia sexual con el cuerpo, como se relata en un diálogo que lo hacía el gallego que lo embalsamó.
El cuento está escrito en primera persona, abunda en diálogos y descripciones, y en pocas frases enunciativas. Sin conocer el contexto histórico en el que fue escrito es difícil comprenderlo o se perdería prácticamente todo su sentido.
En el prólogo del libro se indica que la conversación realmente existió…
Se trata de un coronel que tiene el cadáver de una mujer embalsamado, y lo entrevista un interesado en saber donde está ése cadáver, y en medio de una charla donde se toma whisky, con descripciones de un departamento, el entrevistador intenta tener ese dato, en las últimas líneas hasta le ofrece plata, abundante plata, para que el coronel le dé ese dato.
El militar no le dice nada, termina diciendo que ese cadáver es suyo…
Si por ejemplo en un país con poca memoria o nula en unos cuantos, con muchos interesados en que no se tenga memoria, un país donde se dice que “pocos resisten un archivo”; si un adolescente lee este cuento o un adulto sin demasiada idea de la historia que inspira este cuento, podría sacar solo estos datos.
Uno ya sabe antes de leerlo que el cuerpo es el del Eva Perón—o Evita para los muchos que la recuerdan con afecto–
El coronel es un tal Eugenio Moori Koenig que—según un suplemento que editó el diario Clarín de Buenos Aires, el domingo 15 de abril del 2007—significa “”rey de la ciénaga””—tiene por lo visto un apellido acorde a sus hechos…
En ningún momento del escrito se cuenta que ese cuerpo es el de Evita.
Sólo se nombra lo del título: Esa mujer.
Como se la mencionaba después del derrocamiento de Perón, y como tampoco se podía decir el nombre de Perón.
Se lo llamaba “el tirano prófugo” o el “dictador depuesto”.
Por lo tanto si no se conoce el real nombre de “esa mujer”, quien era en realidad, la historia que rodea el escrito, se pierde todo.
Se cuenta que el cuerpo de Evita—de esa mujer— despareció en 1955 durante el golpe de estado llamado Revolución Libertadora, que llegó a bombardear la Playa de Mayo para disolver una manifestación, y a fusilar civiles sin juicio previo y sólo por capricho de un policía militar.
Este último hecho como se sabe dio origen a otro de los grandes libros de Walsh: Operación masacre.
El coronel se cuenta que tuvo el cadáver de Evita y lo mostraba a sus conocidos, tenía por lo visto incluso cierta parafilia sexual con el cuerpo, como se relata en un diálogo que lo hacía el gallego que lo embalsamó.
El cuento relata estas palabras del coronel, oculta que él era igual: “—se le tiró encima, ese gallego asqueroso. Estaba enamorado del cadáver, la tocaba, la manoseaba los pezones. Le di una trompada, mire—el coronel se mira los nudillos–, que lo tiré contra la pared. Está todo podrido, no respetan ni la muerte.”
Se cuenta además de ciertos accidentes que tuvieron otros que tuvieron el cuerpo.
Uno de estos militares llegó a matar a su mujer embarazada.
Se perseguía con que la resistencia peronista lo seguía, y confundió a su mujer en la oscuridad.
Otro tuvo un accidente.
El coronel cuenta que le tiraron una bomba, que su hija quedó mal…
La resistencia peronista dejaba flores donde creía que estaba el cuerpo de Evita desparecido.
Desde 1955 hasta comienzos de los años de 1970, 1971 no se supo nada del cuerpo de Evita.
Esto presagia el poco respeto que han tenido luego por los cuerpos de los asesinados en la dictadura del 1976 a 1983.
Evita durante bastante tiempo fue una desparecida.
Por lo que se sabe el coronel en el cuento miente.
Dice tener el cuerpo, saber donde está, pero no es cierto.
Se lo habían sacado, y lo depositaron en el exterior con un nombre falso.
Pero el coronel toma whisky en el relato, se emborracha y dice tener el cuerpo.
Explicación: