¿Cuál es el impacto del Covid – 19 en la agricultura de nuestro país?

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Respuesta dada por: slappydummy
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Podría ser menos trabajo menos comida

Explicación:el impacto que sufre los agricultores durante esta pandemia es fuerte haciendo se expanda por todo el mundo

Respuesta dada por: annasolsaavedrpayczq
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Mucho se habla estos días de la situación de los millones de autónomos de nuestro país, y de sectores de la economía como la restauración, el transporte, el turismo, y tantos subsectores que en un contexto de dos meses de confinamiento sufren las consecuencias de afrontar pagos y no percibir ingresos pero, ¿qué pasa con la agricultura?

La transformación digital, asignatura pendiente en la agricultura

Ahora no se trata de nadar a la orilla más cercana, sino de no hundirse. Miles de agricultores en todo el país tienen que hacer frente a sus actividades de producción encarando un futuro incierto y ante un cambio radical en las reglas del juego. El mercado interno no es capaz de absorber la producción debido al cierre del canal HORECA, los hábitos de compra han cambiado desde el comienzo del estado de alarma el pasado 14 de marzo, desplazando productos al ostracismo con lo que sus precios han caído en picado, mientras que de otros no hay capacidad para surtir el mercado, el cierre de fronteras y las limitaciones de tránsito y transporte internacional limitan considerablemente las exportaciones, y en este río revuelto otros países más laxos en cuanto a medidas de prevención frente al coronavirus aprovechan para introducir sus productos en mercados que antes nos eran propios.

También las normativas y regulaciones internacionales van a remolque de la actualidad adoptando medidas tardías y en ocasiones con escaso consenso, la clásica petición de IVA superreducido para productos de algunos subsectores que se ha visto aparcada y es posible que por golpes del azar se resuelva favorablemente de forma automática por los problemas y perjuicios económicos creados como medida de alivio e incentivo a esos productos y actividades, los canales de venta deben reinventarse viendo como cada vez más agricultores tienen que llevar a cabo una forzada transformación digital para hacer llegar sus productos directamente al consumidor o de la forma más directa posible en aras de reducir costes e incrementar márgenes, en definitiva, el escenario global del sector ha cambiado por completo y no es muy halagüeño.

El riego, factor clave de la Seguridad Alimentaria

Aún está por ver qué subvenciones podrán ser efectivas dado el clima mundial de recortes económicos y la viabilidad de los programas actualmente en curso, ya que gran parte de los fondos en las economías mundiales se está usando para la compra de equipos sanitarios de lucha contra la pandemia y para el apoyo mediante ayudas directas a los más desfavorecidos en muchos sectores por delante del agrícola.

Y si damos el salto a los países menos desarrollados el panorama no es mucho mejor, 265 millones de personas están amenazadas de hambruna por la crisis del coronavirus, duplicando el valor que hasta ahora manejaban todos los organismos internacionales en la actualidad previa. Una agricultura de subsistencia, la falta de acceso a materias primas esenciales, o el encarecimiento del precio de los alimentos por la ausencia de comercio internacional ante el cierre de fronteras por efecto del coronavirus, hacen que países muy dependientes de las importaciones no puedan producir internamente lo suficiente para autoabastecerse.

Además, cosechas de muchos países del mundo van a perderse o reducirse considerablemente por esa falta de insumos, no pudiendo alcanzarse la seguridad alimentaria. La solución más eficiente sigue siendo el riego, y especialmente el riego localizado, dado que las producciones que se obtienen en estos países alcanzan en ocasiones 6 veces la producción de la misma superficie en secano, pero lo atropellado de las soluciones no permite una transferencia tecnológica y dotación de medios para llevarlo a cabo de forma inmediata, y la correcta gestión de los recursos hídricos aún es una asignatura pendiente en muchos países que no tienen carencias ni limitaciones en este sentido, con lo que no ven una dirección directa en su uso localizado y racional y el rendimiento obtenido.

Los próximos meses serán cruciales a nivel mundial para conocer la orientación que se va a dar a este sector y la adaptación del modelo productivo a la nueva realidad que no volverá a ser igual a lo que ya conocíamos. Una vez superada la crisis sanitaria y cuando los árboles nos dejen ver el bosque, habrá que pensar en un sector productivo indispensable para todos y poco nombrado en esta crisis, la gente sigue trabajando las tierras, ya sea con una agricultura familiar, comercial o de subsistencia, luchando por sacar adelante un sector productivo estrechamente ligado a muchos de los objetivos de la agenda 2030 que se verá también muy tocada, que directa o indirectamente proporciona sustento económico a millones de familias en todo el mundo, y que no nos olvidemos tiene la ardua tarea de dar de comer a 7.700 millones de personas en este planeta.

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