¿Podría Ud. explicar si existe alguna relación entre Control Biológico de una plaga y la Biodiversidad?
Respuestas
Respuesta:
1. Introducción
La percepción popular de plaga ha ido asociada tradicionalmente a aquello
indeseable y que se produce en grandes cantidades; probablemente las referencias
bíblicas a las mismas han contribuido especialmente a popularizar esa percepción
unida a la producción de alimentos. La terminología más estricta en el ámbito de la
agronomía recoge en gran medida esa percepción popular.
a. Los insectos fitófagos como plagas
La casi totalidad de especies de fitófagos que habitan en los ecosistemas agrícolas
son artrópodos y, entre estos, los insectos constituyen con frecuencia el grupo más
numeroso con enorme diferencia sobre el de los ácaros. Son los primeros en
colonizar un campo recién plantado, sin considerar la fauna mas residente del
suelo. Después de un cierto tiempo, los que constituyen el eslabón trófico
inmediatamente siguiente, los consumidores secundarios, y con la finalidad de
construir sus propias poblaciones, se alimentan de las poblaciones de fitófagos con
el siguiente efecto depresor en esas últimas. Los consumidores secundarios con
más relación con los fitófagos pertenecen a unos de los tres grupos fundamentales
de los llamados enemigos naturales de las plagas: depredadores, parasitoides y
entomopatógenos. Más raramente las relaciones tróficas en un ecosistema agrícola
incluyen individuos de niveles tróficos superiores al de los consumidores
secundarios aunque en ocasiones, si se permite la sucesión y en relación a
artrópodos de generaciones cortas –pulgones, ácaros por ejemplo-, los
depredadores de los depredadores y los hiperparasitoides pueden instalarse con
tiempo suficiente para alterar la relación de las plagas con sus enemigos naturales.
Como puede deducirse fácilmente, las densidades de plaga –al igual que la de los
otros componentes de ese sistema- será el resultado de complejas relaciones entre
las todas las especies presentes, todas ellas influidas por los factores abióticos.
Fácilmente el número de especies de artrópodos con tiempos de residencia más o
menos largos en un ecosistema agrícola se cuenta por varias decenas e incluso de
un centenar largo si el cultivo es perenne y las perturbaciones no son excesivas. De
entre éstas, algunas fitófagas –una clara minoría- aumentan su densidad con cierta
frecuencia hasta alcanzar valores indeseables porque repercuten en el rendimiento
del cultivo si no se toman medidas de control; son las denominadas plagas. 1. Introducción
La percepción popular de plaga ha ido asociada tradicionalmente a aquello
indeseable y que se produce en grandes cantidades; probablemente las referencias
bíblicas a las mismas han contribuido especialmente a popularizar esa percepción
unida a la producción de alimentos. La terminología más estricta en el ámbito de la
agronomía recoge en gran medida esa percepción popular.
a. Los insectos fitófagos como plagas
La casi totalidad de especies de fitófagos que habitan en los ecosistemas agrícolas
son artrópodos y, entre estos, los insectos constituyen con frecuencia el grupo más
numeroso con enorme diferencia sobre el de los ácaros. Son los primeros en
colonizar un campo recién plantado, sin considerar la fauna mas residente del
suelo. Después de un cierto tiempo, los que constituyen el eslabón trófico
inmediatamente siguiente, los consumidores secundarios, y con la finalidad de
construir sus propias poblaciones, se alimentan de las poblaciones de fitófagos con
el siguiente efecto depresor en esas últimas. Los consumidores secundarios con
más relación con los fitófagos pertenecen a unos de los tres grupos fundamentales
de los llamados enemigos naturales de las plagas: depredadores, parasitoides y
entomopatógenos. Más raramente las relaciones tróficas en un ecosistema agrícola
incluyen individuos de niveles tróficos superiores al de los consumidores
secundarios aunque en ocasiones, si se permite la sucesión y en relación a
artrópodos de generaciones cortas –pulgones, ácaros por ejemplo-, los
depredadores de los depredadores y los hiperparasitoides pueden instalarse con
tiempo suficiente para alterar la relación de las plagas con sus enemigos naturales.
Como puede deducirse fácilmente, las densidades de plaga –al igual que la de los
otros componentes de ese sistema- será el resultado de complejas relaciones entre
las todas las especies presentes, todas ellas influidas por los factores abióticos.
Fácilmente el número de especies de artrópodos con tiempos de residencia más o
menos largos en un ecosistema agrícola se cuenta por varias decenas e incluso de
un centenar largo si el cultivo es perenne y las perturbaciones no son excesivas. De
entre éstas, algunas fitófagas –una clara minoría- aumentan su densidad con cierta
frecuencia hasta alcanzar valores indeseables porque repercuten en el rendimiento
del cultivo si no se toman medidas de control; son las denominadas plagas.
Explicación: