La conciencia se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su
entorno. También puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior
por parte de un organismo.
Los actos morales, como actos que son, están orientados hacia el exterior, la realidad, el mundo, los demás.
Pero, por ser morales, tienen un aspecto interno, que es el que hace que sean valorables. No podemos olvidar
que somos morales porque sabemos que podemos elegir, porque sentimos que tenemos posibilidad de seguir
caminos diferentes en nuestra vida, porque nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias.
La conciencia de estas consecuencias es la base del aspecto interno de la moral, en ella está el origen de la
valoración de nuestros actos, nuestros hábitos o nuestro modo de vida.
La conciencia moral es también conciencia de la libertad, conciencia de que no todas las posibilidades de
elección son igualmente valiosas. Por eso es especialmente importante plantearnos qué es y cómo funciona.
La misma palabra que usamos para referirnos a ella ya nos da una pista: estar consciente significa darse cuenta
de lo que ocurre alrededor. La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción. La conciencia moral
es con lo que nos damos cuenta de lo que vale, de lo que merece la pena para la vida, de lo que es bueno -o
bien, de lo que no merece la pena, de lo malo, de lo que hay que evitar.
Conciencia bíblica del (gr. sunéid'sis, “sabiduría moral”, “conciencia”). Facultad interior de la mente que juzga
la rectitud moral de los pensamientos, las palabras y las acciones, independientemente de los deseos o las
inclinaciones de la persona.
Al hablar de algo bueno o malo lo hacemos siempre por referencia a un «patrón». Pero ¿es la misma
conciencia? o ¿es algo objetivo? Lo veremos a continuación, pero podemos adelantar que la norma suprema
de conducta es la ley divina. La conciencia sólo descubre si sus acciones encajan con lo que Dios quiere. En
consecuencia, la conciencia es norma próxima (subjetiva, personal, inmediata) de moralidad, pero la norma
suprema (objetiva) es la ley de Dios.
3. ¿Qué síntomas presenta cuando tienes una conciencia limpia?
4. ¿Qué síntomas presentas cuando no tienes la conciencia limpia?
5. ¿Qué pasa cuando no escuchamos la voz de la conciencia?
Respuestas
Respuesta:
3 no sientes el peso de la culpa porque eres inocente y no tienes preocupación
4 es lo contrario sientes el peso de la culpa en todo momento tu conciencia no te deja tranquilo porque eres culpable y no dejas de pensar en lo que hiciste mal
5 solemos cometer errores por no escuchar a nuestra conciencia y luego nos arrepentimos a cada momento y deseamos volver en el tiempo para no cometer ese error otra ves
La conciencia es la opción del ser humano para ser racional y moral al mismo tiempo en su vida cotidiana y las situaciones que atraviesa frecuentemente.
Síntomas de una conciencia limpia
Los síntomas hacen referencia a lo que sentimos y no puede ser percibido por otra persona, en este caso al tomar una decisión y notar que estamos sintiendo:
- Paz
- Dicha
- Alegría
- Amor
- Animo
Es un alivio, ya que poseemos una conciencia limpia que va acorde a las normas divinas de Dios.
Síntomas de una conciencia pecadora o poco moral
- Se siente orgullo excesivo.
- Existen emociones como rabia y envidia.
- Se crea un ambiente hostil y poco atractivo de igual forma.
Consecuencias de no escuchar a la conciencia
La conciencia podría tomar el lugar de Dios y su voz, por ende al no escucharla estaremos siguiendo un camino erróneo del cual será difícil salir. Entre las consecuencias comunes tenemos:
- Poca autoconfianza.
- Culpa
- Rencor
- Baja autoestima
- Desconsuelo
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