Respuestas
Respuesta:
13314323+1212121212=2232e2312
Explicación:
Respuesta:
Ya no somos solo chilenos. Personas con otras nacionalidades y otro color de piel son cada vez más visibles. Este y otros son parte de los hallazgos de un estudio realizado por la UAH –Chile Dice 2018–, en el que muestran que la calle es el punto de encuentro de todos. Pero, a la vez, que si bien Chile es un país más abierto, hay grupos que aún son invisibilizados, como los indígenas.
COMPARTIR
Fue el año en que se implementaron nuevas normas para los inmigrantes. El año en que cientos de haitianos volvieron a su país de origen. El año en que este grupo se sintió discriminado por su color de piel. Sin duda, la diversidad ha marcado la agenda política.
En ese contexto, la Escuela de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado realizó una encuesta para responder cómo se percibe la diversidad en Chile. A simple vista, esta mayor apertura es para todos los grupos.
Indígenas: los más invisibilizados
Al menos frente a algunos grupos. Si un chileno hiciera una bitácora de las personas con las que se encuentra, en una semana cualquiera, podría decir que sí, que se topa con gente distinta a él. Un 86,6% dice encontrarse con personas de otro color de piel y un 83,2%, con individuos de otra nacionalidad. Apenas un 35,2% dice encontrarse con personas que pertenecen a pueblos indígenas.
Es decir, la cantidad de individuos que responde encontrarse, por ejemplo, con gente de otras nacionalidades es más del doble que la que dice encontrarse con alguien de los pueblos originarios. Según las cifras del Censo 2017, la población total en Chile es de 17.574.003 personas. Los inmigrantes son 746.465. Apenas un 4% de la población en Chile.
Si hay 100 chilenos en una sala, cuatro de ellos son inmigrantes y 12 son indígenas. Hay tres indígenas por cada inmigrante en Chile. -Hoy, una persona indígena genera menos extrañeza que un inmigrante. El inmigrante aporta una novedad, es alguien distinto, alguien que viene a irrumpir y antes no se veía.
El indígena, de alguna forma, aparece bastante invisibilizado en el estudio.
La diversidad se vive en la calle
En 1992, el porcentaje de inmigrantes en Chile era apenas un 0,81%. -El reconocer a los inmigrantes no tiene que ver con la magnitud de las personas, sino con cómo nos relacionamos con ese otro diferente. Es de otro país, con otras costumbres, hasta otro idioma -explica Trebilcock. Son 746.465 personas que vienen de países, en su mayoría, latinoamericanos.
En todas esas situaciones el encuentro con inmigrantes es inevitable. Vemos a los inmigrantes, pero no significa que necesariamente compartamos con ellos. Sin embargo, en espacios de mayor interacción, donde hay mayor homogeneidad, como la escuela o el barrio, el fenómeno no se repite.
Mitos y verdades
«Los extranjeros que llegan a vivir a Chile tienen un menor nivel educacional que los chilenos». Esta reflexión -explica la socióloga encargada del estudio de la UAH- ha sido relevante desde el punto de vista de los imaginarios que los medios de comunicación configuran de cada uno de estos grupos. Con el estudio está la posibilidad de contrastar estas grandes creencias con lo que realmente sienten las personas de a pie. Al menos en el plano valórico, las nuevas generaciones se sienten más parecidas a personas de otras nacionalidades, de otro color de piel y de pueblos indígenas.
Un 34,9% de los encuestados y que ha estudiado en la universidad se siente muy parecido, valóricamente hablando, a alguien de otro país. Por ejemplo, un 71,2% dice estar muy en desacuerdo o en desacuerdo con que los inmigrantes tienen un menor nivel educacional. Especialmente los jóvenes y las personas de clase media. Según Trebilcock, hay un país que se ha transformado hacia valores tremendamente individualistas.
La fotografía a los chilenos encuestados permite afirmar que, de una u otra manera, hay «condiciones» y/o «límites» a estos grupos. Especialmente a los inmigrantes. Casi un 90% está de acuerdo o muy de acuerdo con que se exija más requisitos a los extranjeros para ingresar al país. Es como «yo no quiero que llegue cualquier migrante al país, quiero que llegue un migrante con sus papeles limpios», por ejemplo.