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No se puede decir cuál sea más o menos importante de las obras del gran pensador colombiano Indalecio Liévano Aguirre, de cuyo fallecimiento se conmemoraron treinta años el pasado 29 de marzo. En su acervo literario, todo es importante. Su motivo principal fue el análisis de la historia colombiana y latinoamericana, y sobre ello, con devoción de humanista, dejó trabajos trascendentales, ya clásicos, y aún no superados: 'Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia', 'Núñez', 'Bolívar', 'Mosquera ante el Senado', 'Premonición sobre las horas actuales' (Prólogo al ensayo de Alfonso López Michelsen, 'Colombia en la hora cero', Tercer Mundo, 1963, y reimpreso con aquel título y con prólogo de Alfonso López Michelsen, Grijalbo, 2006), y 'Bolivarismo y Monroísmo'.
La Editorial de la Universidad Nacional de Colombia, a cargo de la Vicerrectoría Académica, acaba de publicar, en la primera serie de su colección 'Obra Selecta', el polémico ensayo de Liévano Aguirre 'Bolivarismo y Monroísmo', un análisis profundo y revelador sobre cómo la independencia de las naciones hispanoamericanas, que Simón Bolívar conducía por los caminos de la libertad, se desvió de pronto hacia una nueva forma de colonialismo, mucho peor que el soportado durante dos siglos y medio, e impuesto por el naciente imperio del Norte de América, los Estados Unidos. El espejismo de fraternidad que echó por tierra la gran idea de América Latina convertida en una sola nación, y que empujó a nuestro continente a su división antifraternal y suicida, se llamó la Doctrina Monroe.
Indalecio Liévano Aguirre expone, con un criterio dialéctico irrefutable, y claro, la acción de la Doctrina Monroe para aplicarles a las desdichadas naciones latinoamericanas y del Caribe el Destino Manifiesto trazado por los fundadores secretos de la que en su tiempo de incubación nos mostraron como República Modelo.
La edición de la Editorial UN está lograda con absoluta exquisitez y buen gusto tipográfico. Fue preparada por el docto historiador don Hernando Rosillo Torrente, quien elabora un estudio biográfico del autor y un prólogo aquilatado.
Dice el prologuista que Indalecio Liévano Aguirre "practicó, en sus claras definiciones, el equilibrio conceptual. Además de justo, se mostraba firme en sus apreciaciones. Dueño del aplomo propio de los grandes pensadores. Sobrio, tolerante por principio, respetó siempre las opiniones contrarias a su pensamiento. Discreto por naturaleza, prudente en sus expresiones, ejemplo de probidad y dueño de singular carácter.
"La dimensión de su intelecto -agrega Rosillo Torrente- y su asombrosa ilustración le permitieron ser reconocido como un esclarecido humanista que dedicó grandes espacios de su existencia a la noble tarea de hallar, mediante su consagración investigativa, la realidad histórica no exclusivamente de la complejidad de los antecedentes políticos colombianos, sino -aplicando la misma sindéresis- de vida de las naciones hispanoamericanas, y también de las que hacen parte del tejido geográfico universal".
Liévano Aguirre ocupó en el trayecto de su vida política cargos de suma importancia, incluida la presidencia de la República, como encargado, durante la administración López Michelsen; sin embargo, nada de eso alcanza la magnitud impresionante de su obra literaria e histórica. Por ejemplo, 'Bolivarismo y Monroísmo' es el trabajo de un pensador poderoso y de un escritor formidable. Un libro clave para entender los momentos actuales. Diría que es un libro "imprescindible" si ese vocablo no se hubiera vuelto un lugar común cuando se quiere patentizar la vigencia de una obra; pero sí, 'Bolivarismo y Monroísmo' es precisamente un libro imprescindible, indispensable.
Explicación: mira