Respuestas
Respuesta:
Veamos entonces algunas de estas causas:
Ausencia de pertenencia: vivimos en una sociedad excesivamente individualista en la que prima el interés personal ante el bien colectivo. La escuela no es ajena a ello. De este modo, las familias van perdiendo el sentido y la perspectiva de pertenencia a la comunidad educativa. En muchas ocasiones la culpa de que esto ocurra la encontramos en centros educativos que llevan a cabo un “cierre institucional” por miedo a que la entrada de los padres vaya a repercutir en su quehacer diario. Un ejemplo de esto lo encontramos en el papel testimonial (minoritario) que juegan los padres en el Consejo Escolar. Los padres acaban percibiendo que su participación es una pérdida de tiempo.
Desconocimiento y falta de información: en muchas ocasiones los padres dejan de participar por desconocimiento de lo que pueden hacer. Hemos de tener presente que las personas aprecian y valoran aquello que conocen y aunque parezca mentira muchos padres “desconocen los órganos y las normas escolares, no se facilitan los recursos adecuados, se usan lenguajes diferentes, etc.” (S. Fabián 1994).
Desde la escuela se ha de trabajar para formar e informar a los padres intentando replantear la estrategia de convocatoria para aumentar y mejorar esta participación.
Despreocupación: es cierto que también hay muchos padres que han dimitido como tales. La despreocupación de algunos ha llegado a tal punto que, si les preguntas, son incapaces de decir a qué curso va su hijo. Increíble pero cierto.
Desmotivación: los padres se ven y se consideran a sí mismos inexpertos en cuestiones educativas, algo que la escuela (el profesorado) les recuerda constantemente, y ante este hecho se produce una desmotivación en los padres.
Dificultades para conciliar: hay casos en que las exigencias del mundo laboral y la rigidez de horarios imposibilita que algunas familias puedan participar. Otros, en cambio, aun disponiendo de todo el tiempo del mundo no participan ni colaboran con el centro.
Puntos de vista distintos y desencuentros: como es lógica, no siempre podemos estar de acuerdo en todo y los padres tienen puntos de vista distintos a los de la escuela. En ocasiones surgen malentendidos que pueden acabar con desencuentros y los padres son vistos como una amenaza por el centro.
La escuela no acepta como son a las familias de sus alumnos: y esto imposibilita una acción compartida con el profesorado.
Explicación:
LOS HORARIOS DE LAS ACTIVIDADES ESCOLARES SON LOS MISMOS QUE EN LOS HORARIOS DE LOS TRABAJOS DE LOS PADRES