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La lucha antiimperialista cotidiana trata de combatir los efectos mas visibles, por no decir mas superficiales, de las contradicciones entre los países dependientes y los países imperialistas, tales como: intervenciones militares, injerencias en la soberanía y asuntos internos de otros estados, fomentando conflictos entre los estados, manipulación mediática, hegemonía cultural etc. Por otro lado, el antiimperialismo, especialmente su versión occidental, olvida lo que Marx llamaba la base de la vida material: los mecanismos económicos de la época del imperialismo.
Desgraciadamente, Marx no tuvo tiempo para acabar su obra maestra a la que pensaba añadir un volumen adicional en el que trataría, entre otros asuntos, el tema del intercambio nacional. Esa tarea la llevó a cabo Emmanuel Arghiri en 1972 desarrollando la teoría del intercambio desigual partiendo de la teoría de valor de Marx como base y criticando la teoría liberal de Ricardo.
Cuando hablamos sobre las relaciones entre los países en la jerarquía del sistema mundial imperialista, podemos encontrar varios términos: a los países ricos se les llama imperialistas, países del centro, Primer Mundo, el Norte o el Norte Global; mientras tanto a los países pobres se les llama periféricos, dependientes, países en desarrollo, subdesarrollados, neocolonias, Tercer Mundo, el Sur o el Sur Global. Aunque cada termino destaca una de muchas características de estos países, para los propósitos de este articulo, deberíamos escoger uno, mas que nada por la cuestión de consistencia. Ya que el grueso del análisis de las relaciones imperialistas vienen de la teoría de dependencia y sistema-mundo, utilizaremos el concepto centro-periferia.
La idea es bastante simple: se trata de dos conceptos que dentro de una economía nacional funcionan de manera muy distinta a nivel internacional: movilidad del capital y movilidad del trabajo. Mientras el capital dispone de movilidad mas o menos libre entre los países, el trabajo no la tiene. (Arghiri, 1974)
¿Y que? Pues, según Marx, la movilidad del capital permite la formación de una tasa media de ganancia a largo plazo, es decir: la tasa de beneficio tiende a igualarse entre distintas ramas de producción. Por ejemplo: si la tasa de ganancia baja en una rama, el capital se fuga a la rama de tasa mas alta hasta que allí también empiece a bajar, y es cuando se fuga de nuevo, buscando beneficios mas altos. De esta manera, se forma una tasa media de ganancia a nivel del mercado mundial.
Por otro lado, mientras los trabajadores dentro de un país pueden cambiar de ramas de producción libremente, por lo cual se llega a la igualación de los salarios, lo mismo no se puede decir a nivel mundial, ya que los trabajadores no pueden moverse libremente entre los países. De esta manera, los salarios están vinculados a las condiciones de cada país.
Históricamente, los países del centro tienen salarios mas altos debido a la bien desarrollada lucha de clases que les proporcionó a los trabajadores una mayor participación en el reparto de los beneficios.
El efecto combinado de la igualación de la tasa media de ganancia a nivel mundial y la diferencia salarial entre los países forma la base de la transferencia de valor desde los países periféricos a los países del centro.