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Respuesta:
espero que te sirva
Explicación:
No obstante, el Covid-19 parece desbordar cualquier capacidad de análisis, de planeación y previsión; incluso de las ciencias más duras. En este caso, la vieja naturaleza, escurridiza e inaprehensible, nos recuerda con un pequeño sacudón nuestra vulnerabilidad. Estamos frente a una situación que va más rápido que cualquier posibilidad de acción y reflexión. Ahora bien, este hecho adverso no nos debe llevar a la parálisis nerviosa o a la inhibición paranoica del pensamiento.
La pandemia, como cualquier situación límite, nos obliga a pensar no solo en el virus, también nos empuja a interpretar todo el contexto alrededor (este caso global), establecer relaciones no obvias (no solo con la ciencia médica) y poner en duda los valores sobre los que hemos levantado la frágil civilización humana. De hecho, por la situación misma varios ideales que han sostenido nuestra economía, nuestras instituciones políticas, nuestras relaciones globales, etc., parecen tambalear.
Quizá sea un buen momento para filosofar y, a pesar de la obsesión con la precisión, hasta equivocarse en diagnósticos. Afortunadamente, para tranquilidad de la humanidad y descontento de Platón, los filósofos no tienen mucha incidencia en las decisiones que atañen a la economía, la soberanía nacional, la salud pública y, en general, la administración de la vida. Por todo esto, y también por desocupe en tiempos de cuarentena, propongo revisar qué han dicho algunos filósofos sobre el caso límite Covid-19.