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Los datos aportados por los satélites CryoSat-2, de la Agencia Espacial Europea, y Jason-1, de la NASA, han permitido a un equipo internacional de geofísicos elaborar el mapa más detallado del fondo marino obtenido hasta el momento. Este muestra las estructuras situadas a mayor profundidad y menos exploradas con al menos el doble de precisión que el último documento de este tipo, realizado hace dos décadas.
Para ello, los investigadores, coordinados por el profesor de Física planetaria David Sandwell, del Instituto Oceanográfico Scripps, en San Diego, han estudiado las medidas gravimétricas realizadas por estas sondas. Así, por ejemplo, han “aparecido” miles de montañas, colinas abisales –la formación más común del planeta– y otras elevaciones submarinas, algunas de más de un kilómetro de altura. Según destacan Sandwell y sus colegas en la revista Science, esta información podrá emplearse para profundizar en el conocimiento que tenemos sobre el lecho oceánico, la tectónica de placas y hacer más segura la navegación submarina. Y es que, tal como destacan, el 80% de los mares aún no se ha cartografiado.
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