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Las principales manifestaciones de violencia son: conflictos, bullying, agresión, indisciplina y vandalismo, provocado por factores exógenos y endógenos.
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violencia se trata de un comportamiento o una actuación de alguien sobre otro. Por un lado, es una acción o, cuando mucho, un comportamiento. Por otro, se habla de dos actores (o grupos de actores): quien realiza el acto violento y quien lo recibe, quien lo padece, es decir, agresor(es) y su(s) víctima(s). El único sujeto activo aquí es el victimario, la víctima no es apenas sujeto, o lo es sólo en calidad pasiva, de receptor de algo ajeno a él. Esta concepción de un acto de alguien sobre una víctima limita la concepción de la violencia sólo al acontecimiento directo, sin vinculación con el entorno social, la historia y con terceros sujetos, factores todos de cierta importancia, como se verá más adelante.
También la idea del uso de fuerza suele ser problematizada, no tanto para negarla, sino para considerar que la fuerza física no da suficientemente cuenta del hecho, de diferentes hechos: las coerciones morales (personales, grupales, culturales), las relaciones de poder (sin considerar aquí que este término también es problemático, "amorfo" dirá Weber) -que en sí mismas estructuran y naturalizan relaciones de violencia-, las coerciones psicológicas y hasta los chantajes, pueden ser importantes como vehículos de la violencia. Es más, en algunas consideraciones sobre la violencia parecería no estar presente dicha intervención de fuerza, como podría pensarse de la "violencia simbólica" de Bourdieu,5 quien la define como la aceptación, la internalización por parte del dominado, de los esquemas de pensamiento y valoración del dominante, haciendo precisamente invisible la relación de dominación. Claro está que todos estos elementos se podrían reducir, en última instancia, a consideraciones de fuerza, pero es innegable también que cada uno tiene sus especificidades, que es necesario tener en cuenta para un mejor análisis.
Los motivos generales, el para qué de la violencia, que se insinúan con la idea de obligar a las víctimas a dar o hacer algo que no quieren, también se ve cuestionada por un doble aspecto. El primero, sin embargo, parece no afectar tanto la importancia de la definición, sino que es un problema del análisis, y es que el análisis de las motivaciones es en sí problemático, por cuanto es difícil constatar cuáles son los motivos "reales" de las personas, qué tienen en mente al realizar determinados actos. Aunque esto se podría solucionar a partir de los resultados, siempre este análisis retrospectivo presentará algunas dudas. El segundo cuestionamiento al para qué de la violencia parece más serio, es el que se refiere a concebirla, si no necesariamente sí de forma predominante, como un medio para conseguir un fin. Toda una gama de apreciaciones tienden a resaltar aspectos emotivos, impulsos que son fines en sí mismos, que no son mediación de nada más que de sí, la frustración que conduce a la agresión, la eliminación de alguien simplemente por temérsele, por considerársele enemigo, etcétera, hasta la valoración del simple placer que reporta el acto violento. Quizá quepan aquí las siguientes preguntas: ¿una lucha de box es un hecho violento?, ¿a qué se le obliga a cada uno?, ¿se puede decir que hacen algo que no quieren? En todo caso, lo que se cuestiona aquí es la apreciación de la violencia solamente como un medio, que siempre deba tener ese carácter instrumental que se le adjudica a la violencia.
Sin embargo, hay que considerar que esta conceptualización de la violencia, por ser precisamente restringida, permite localizar claramente eventos y actores, para que aquello que se denomina violencia objetiva -factible de medirse de alguna u otra manera-, pueda efectivamente serlo. Se pueden contabilizar los eventos, realizar estadísticas y comparaciones cuantitativas, también permite localizar perfectamente a las víctimas y distinguir los daños recibidos. Además, al distinguir con claridad los sujetos actores de la violencia, permite fincar responsabilidades y establecer culpas y penas, castigar actores y actos. En cierto modo la acción jurídica y policial encuentra en esta definición un importante apoyo. Pero aun aquí se pueden considerar limitaciones; por ejemplo, cuando ante el problema de la violencia en el hogar se atiende sólo a las víctimas y se castiga al agresor en lo inmediato -según las limitaciones que se han destacado, al no tomar en cuenta cuestiones culturales y estructurales, como el machismo y el patriarcalismo-, se mantienen las condiciones en las que esta violencia se reproducirá. De esta manera, lo que es positivo en términos judiciales, no lo es tanto en políticas públicas para atender el problema desde su raíz.