por que el reino unido tiene sus colonias repartidas por territorio

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Respuesta dada por: alissonariana2301
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Respuesta:

espero que te sirva :)

Explicación:

América, Oceanía, Europa... raro es el continente donde el país que gobierna James Cameron no tenga un territorio de ultramar, también considerado como colonia. Actualmente, Reino Unido está considerada por muchos como la única potencia colonial que aún queda en el planeta

Los territorios de Reino Unido

Monserrat, al sureste de la isla de Puerto Rico; Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, todas ellas en el Atlántico Sur entre África y América del Sur; Bermudas en América del Norte; Anguila en el Mar Caribe; las Islas Caimán, al noroeste de Jamaica; Islas Pitcairn, en la Polinesia oceánica; Islas Turcas y Caicos, al norte de Haití; el territorio de Guernsey en las costas de Normandía, Francia; Islas de Man, en Irlanda; las Islas Vírgenes Británicas y los territorios Antártico Británico y el Británico del Océano Índico son, además de los conflictivos Gibraltar e Islas Malvinas, en Argentina, territorios que aún conserva el imperio británico.

Políticos e historiadores se encuentran divididos entre si estos territorios son colonias de Reino Unido en pleno siglo XXI o no, y aun teniendo en cuenta la superación de la descolonización que sufrió el planeta entre los siglos XVIII y XX. Cerca de dos millones de personas viven bajo el dominio colonial que aún queda en los 16 territorios no autónomos repartidos por el mundo y que reconoce las Naciones Unidas, más de la mitad de éstos pertenecen a Reino Unido.

Londres sigue siendo una de las pocas potencias colonizadoras que aún quedan en el Planeta. Pero, ¿por qué mantener territorios tan alejados de tierras inglesas y que acarrean más de un conflicto diplomático cada cierto tiempo con diferentes países?

La posición geográfica de estos territorios, repartidos por todo el mundo es uno de los factores que podría prevalecer a la hora de que Reino Unido los conserve y, con ello, lograr una posición «observadora» del orden internacional desde todos los ángulos.

Otra, la condición que muchos de estos territorios tienen como paraísos fiscales presumiendo de aglutinar un elevado número de cuentas bancarias y bajos impuestos.

Territorios que le acarrean conflictos de vez en cuando no solo con los gobiernos de Argentina o España, los casos más famosos. Por ejemplo, en 1969 en Anguila, unos paracaidistas ingleses sorprendieron al mundo aterrizando en la colonia para frenar la rebelión surgida a partir de un referéndum que declaraba a la isla independiente. Dos años más tarde se impuso una constitución que le otorgaba cierta autonomía pero la mantenía bajo el dominio británico.

También, en 1973, en las Bermudas, Reino Unido volvió a sufrir otra crisis con otro de sus territorios de ultramar. El gobernador Richard Sharples y su ayudante fueron asesinados por activistas del Black Beret Cadre, un grupo desarrollado en los años 70 en el Caribe y Norteamérica que declararó que buscaba que la población de las Bermudas tomara «conciencia de la maldad y la perversidad del sistema colonial en la isla».

3.000 habitantes, 400.000 ovejas y 150.000 parejas de pingüinos viven a 10.000 kilómetros de Londres, en las Malvinas o Islas Falkland, donde al igual que en Gibraltar cada cierto tiempo se suceden maniobras militares por parte del gobierno inglés y con ello también la polémica con el gobierno de Buenos Aires.

El conflicto de Argentina y Reino Unido ha sido más cruel. La Guerra de las Malvinas de 1982 terminó con la muerte de casi 900 personas –más de 600 eran argentinos-, confirmando la supremacía bélica de Reino Unido y proporcionándole más islas. Desde entonces, la relación de ambos países es tensa pese haber pasado casi treinta años de un conflicto cuyas heridas, parece, nunca llegarán a cerrarse.

¿Y las de Gibraltar? Hay que remontarse a 2001 para comprobar las últimas negociaciones fructíferas entre España y Reino Unido. El por aquel entonces ministro de Exteriores, Josep Piqué (PP), y su homólogo británico, Jack Straw, hablaron de cerrar una fecha para una soberanía compartida del Peñón. Esto nunca pasó pero en 2006, el responsable de la Política Exterior exteriores, Miguel Ángel Moratinos (PSOE), y el propio Straw acordaron retomar las conversaciones que se saldaron con un acuerdo histórico, que incluía el uso compartido del aeropuerto por ambos países.

Sin embargo, estos avances cayeron en saco roto y no tardaron en distanciarse, nuevamente, ambas partes. Reino Unido ha rechazado en varias ocasiones la propuesta formulada por el Gobierno español de mantener conversaciones bilaterales sobre la soberanía de Gibraltar alentando, sobre todo, la polémica eterna sobre el uso de las aguas.

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