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Respuesta:
Desde hace miles de años, los seres humanos se dieron cuenta de que había una gran cantidad de organismos y que era difícil conocerlos a todos ellos. Algunas personas buscaron procedimientos para facilitar su estudio. Con ese propósito, Aristóteles (384-322 a.C.) trató de agruparlos y crear una forma especial para nombrarlos; para ello, consideró su grado de sencillez o complejidad y su comportamiento; también pensó que había seres inferiores y otros superiores, entre ellos el ser humano.
Al paso del tiempo, las agrupaciones que propuso Aristóteles no resultaron prácticas, pero hasta la fecha se le reconoce el mérito de haber mostrado la necesidad de ordenar el conocimiento de los seres vivos, formando grupos, en los que un grupo mayor abarcaba a todos los otros. Después de él, otros personajes crearon otras agrupaciones, fijándose en la apariencia, la función y hasta la utilidad de los organismos. Algunos más los agruparon por la semejanza del ambiente donde vivían o por lo que comían.
En el siglo XVIII, Carlos Linneo (1707-1778) tomó en cuenta las semejanzas en la forma y la estructura que un organismo tenía con otras formas de vida. Creía que los animales que eran más parecidos en su forman pertenecían al mismo grupo, y los que eran menos parecidos podrían ser parte de grupos diferentes. Llamó a cada grupo grande de organismos, reino; esta división incluía a otras más pequeñas, hasta que casi todos los organismos ocuparon un lugar en su sistema de organización. También pensó en la importancia de dar un nombre específico a cada organismo.
Explicación:A este sistema de agrupación le llamaron clasificación, y muchos de sus procedimientos siguen vigentes en la actualidad, aunque con algunas modificaciones.
Durante mucho tiempo, la clasificación más conocida fue la que agrupó a todos los seres vivos en animales y plantas. Pero al inventarse aparatos como el microscopio, se descubrieron algunos organismos que mostraban características propias, diferentes a esos dos grupos.