• Asignatura: Religión
  • Autor: rossymaar2
  • hace 7 años

¿A quiénes llama el Papa Francisco explotadores, mafiosos, usureros en su mensaje por el miércoles de ceniza?

Respuestas

Respuesta dada por: maliva28
3

Respuesta:

A los que se aprovechan de los necesitados en esta crisis por la pandemia del coronavirus

Respuesta dada por: nataliamohena09
0

Respuesta:

n la misa de Santa Marta, Francisco reza por la conversión de los explotadores, mafiosos y usureros que se aprovechan de los necesitados en esta crisis provocada por la pandemia del coronavirus. En su homilía, habla de la traición de Judas, de los que venden a la gente, incluso a sus seres queridos, para su beneficio personal.

El Papa Francisco preside la misa en la Casa Santa Marta en el miércoles de Semana Santa. Al introducir la celebración, reza por la conversión de quienes en este momento explota a los necesitados:

Recemos hoy por la gente que en esta época de pandemia hace comercio con los necesitados. Se aprovechan de las necesidades de los demás y los venden: los mafiosos, los usureros y muchos otros. Que el Señor toque sus corazones y los convierta.

En su homilía, Francisco comenta el Evangelio de Mateo de hoy (Mt 26, 14-25), que nos habla de la traición de Judas. Aún hoy - dice el Papa - hay Judas, gente que traiciona, incluso a sus seres queridos, vendiéndolos, por sus propios intereses. También hoy hay gente que quiere servir a Dios y al dinero, explotadores ocultos, aparentemente impecables, pero que comercian con la gente: venden al projimo. Judas dejó unos discípulos, discípulos del diablo. Judas era apegado al dinero: quien ama demasiado el dinero, traiciona. Pero es traicionado por el diablo, que es un mal pagador y deja en la desesperación. Y termina ahorcándose. El Papa piensa en los muchos Judas institucionalizados que hoy en día explotan a las personas y también en los pequeños Judas que hay dentro de nosotros: cada uno de nosotros tiene la posibilidad de traicionar, por amor al dinero o a los bienes.

A continuación, el texto de la homilía según una transcripción nuestra:

El Miércoles Santo también se llama "Miércoles de la Traición", el día en que se subraya en la Iglesia la traición de Judas. Judas vende al Maestro.

Pero esto nos hace pensar en otra cosa, que es más real, más que hoy: el diablo entró en Judas, fue el diablo quien lo llevó a este punto. ¿Y cómo terminó la historia? El diablo es un mal pagador. No es un pagador confiable. Te promete todo, te hace ver todo y al final te deja solo en tu desesperación a ahorcarte.

El corazón de Judas, inquieto, atormentado por la codicia y atormentado por el amor a Jesús, un amor que no ha logrado hacerse amor, atormentado por esta niebla, vuelve hacia los sacerdotes pidiendo perdón, pidiendo salvación. "¿Qué tiene que ver eso con nosotros? Es algo tuyo...": El diablo habla así y nos deja en la desesperación.

Pensemos en tantos Judas institucionalizados en este mundo, que explotan a la gente. Y también pensemos en el pequeño Judas que cada uno de nosotros tiene dentro de sí a la hora de elegir: entre lealtad o interés. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de traicionar, de vender, de elegir por el propio interés. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de dejarse atraer por el amor al dinero o a los bienes o el bienestar futuro. "Judas, ¿dónde estás?" Pero la pregunta la hago a cada uno de nosotros: "Tú, Judas, el pequeño Judas que tengo dentro: ¿dónde estás?".

El Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitándonos a hacer la comunión espiritual.

He aquí la oración recitada por el Papa:

“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.

Salve, Reina de los cielos y Señora de los Ángeles; salve raíz, salve puerta que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.

Explicación:

ESPERO QUE TE AYUDE:)

Preguntas similares